Dominicanos en Europa
23 Jun
La posición de Secretario General me obliga a estar constantemente expuesto a las preguntas de los medios de comunicación sobre temas de interés general. Ayer, recibí la llamada del distinguido periodista Abel Guzmán, del Listín Diario, quien me cuestionó sobre mi posición respecto a la decisión de la Unión Europea sobre el retorno de los inmigrantes.
Dado que los periódicos no siempre tienen todo el espacio, me permitiré compartir con ustedes algunas de mis preocupaciones:
Lo primero que debemos entender es que lo que ha sido objeto de divulgación pública no es una decisión unilateral de ninguno de los países miembros de la Unión Europea, sino una Directiva Europea de Retorno de Inmigrantes, que como su nombre lo indica, establece una serie de garantías mínimas que deben cumplirse para el retorno de los inmigrantes a sus tierras natales.
Se trata, por lo tanto, de un mandato que se dirige a los 27 países de la Unión Europea, y de manera particular, a aquellos que todavía no han legislado sobre el particular. En el caso de los países que ya han legislado, como por ejemplo, España, la Directiva no le aplica, pues la Directiva no puede reducir las garantías mínimas que la legislación española establece, sino que solo puede mejorarlas, lo cual no es el caso.
En otras palabras, los países que, como España, ya han establecido legalmente los procedimientos de expulsión y de retorno y que cuentan con las máximas garantías legales, están fuera del alcance de esta Directiva.
Hay que recordar que, salvo honrosas excepciones, la inmigración dominicana en España contribuye efectivamente al sostenimiento de la economía de ese país, ante el desplazamiento de la mano obra española a otras áreas del quehacer económico. Igual sucede en el resto de Europa. Lo mismo no puede decirse de otras migraciones que van del Norte de Africa o de la antigua Europa del Este que se caracterizan por incursionar en otras actividades que, en ocasiones, riñen con la ley.
Ahora, siempre he dicho, que la solución a la migración no está en las expulsiones, retornos o repatriaciones. La solución está en aumentar los niveles de cooperación y asistencia de los países desarrollados hacia los países en desarrollo para que podamos tener mejores oportunidades.
No obstante lo anterior, el gobierno dominicano debe enviar una señal clara a la Unión Europea y expresar su posición en defensa de los dominicanos ante esta nueva Directiva.
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