Oposición y diálogo

19 Jun

La línea política del PRD ante el gobierno reelecto del presidente Leonel Fernández ha sido debidamente definida: El PRD hará oposición firme al gobierno que tomará posesión el 16 de agosto, y útil al país. ¿Qué significa hacer oposición “útil”?

Este término fue originalmente acuñado por los socialistas españoles durante el gobierno de Aznar en España. Y se refería al hecho de que, aún cuando estuvieren en la oposición, los socialistas harían un conjunto de propuestas sobre diversos temas de interés nacional para distinguirlos de aquellas políticas que fuesen adoptadas por el gobierno y que no recibieren el apoyo de la oposición. Y que, también, cuando se tratase de temas de Estado, cuyo impacto afectase la imagen del país ante la comunidad internacional, la oposición extendería la mano del diálogo al gobierno. Así, Zapatero ganó en el 2004.

Lo contrario hizo el Partido Popular ante el gobierno de Zapatero con una política de oposición radical, manteniendo el ambiente político crispado, lo que, al entender de los analistas políticos, contribuyó a la derrota de esa organización en las elecciones de marzo.

Guardando todas las distancias, el PRD, que ha tenido una participación extraordinaria en el pasado proceso electoral, siendo el partido político de mayor crecimiento, ha entendido su rol que debe desempeñar en los próximos cuatro años. Y esto parte de un hecho real: La República Dominicana no gira entorno al PRD, sino, al contrario, el PRD, como organización política que encabeza la oposición, forma parte de la República Dominicana.

A la mayoría del pueblo dominicano le interesa ver a un partido, como el PRD, haciendo aportes sobre la solución de los problemas nacionales, que inmerso en dimes y diretes sobre aspectos internos de nuestra organización, los cuales deben ser canalizados y discutidos conforme a las disposiciones que establecen nuestros Estatutos Generales. Y, en esto, el PRD no puede volver a repetir las experiencias lamentables del pasado. Estos capítulos, a mi juicio, están debidamente cerrados, y una nueva generación de dirigentes, no permitirá que se repitan.

La República Dominicana exige una nueva forma de hacer política, basada en el respeto a las diferencias, y el ejercicio ético de las distintas posiciones sobre las políticas públicas, entendiendo, como decía Aristóteles, que “lo público se identifica con la posibilidad de participar en diálogos que se relacionan con la vida en común”.

Temas que son cruciales y que agobian a los dominicanos, como los altos precios del petróleo, los precios de los combustibles y de los productos de la canasta familiar, el incremento de la inseguridad ciudadana, la necesaria competitividad de la producción nacional y los desafíos que impone la globalización, son puntos esenciales en la agenda del PRD, así como las reformas institucionales, económicas y sociales.

Por eso, la política de oposición contra todo, o como algunos voceros oficiales quieren colocar al PRD como “opuesto a todo”, no se corresponde con el lineamiento aprobado por los organismos del partido. Ni tampoco responde al compromiso que tiene el PRD con el electorado nacional que votó en más del 40% por nuestra causa.

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