Pluralidad de identidades

26 Dic

Durante el pasado fin de semana, luego de hacer un recorrido por mi ciudad natal, Santiago, y llegar hasta Valverde, y despúes de asistir a la Misa del Gallo del 24 de diciembre, me dí cuenta de una realidad: Quienes estamos en la actividad política, al mismo tiempo de ser dirigentes políticos, somos, a la vez, dirigentes, deportistas, amantes de la música, principiantes o expertos en el mundo de la cocina, seguidores del béisbol, perredeístas, peledeístas o reformistas, o apartidistas, creyentes o no, padres o hijos, entre otras identidades.

Todo esto viene a cuenta del último libro de Amartya Sen, Premio Nobel de economía de hace unos años, titulado “Identity and violence”y toda su tesis, magnífica como todas las suyas, es precisamente que la naturaleza humana radica en una pluralidad de identidades, que tenemos libertad para elegir en cada momento qué somos dentro de los variados roles o identidades y que sólo desde la existencia de una identidad hegemónica que aniquile a las demás podemos identificarnos de manera excluyente y, la más de las veces, agresiva contra las otras identidades excluyentes e igualmente agresivas.

Las perspectivas de unas buenas relaciones entre seres humanos parten de incentivar la pluralidad de identidades que hace más fácil coincidir en algo con el otro, en vez de cultivar identidades únicas, excluyentes y asesinas como las ha definido Maalouf, sean nacionales, religiosas o deportivas.

Parece de sentido común. Pero si lo pensamos relacionado con la época de navidad o con otros momentos de vuestra vida, verán que tenemos abiertas ambas posibilidades: recorrer varios caminos compartiendo con distinta gente o seguir un camino absorbente hasta convertirse en único.

Para evitar la confrontación, a lo mejor no se trata tanto de buscar alianzas entre diferentes unidimensionales (civilizaciones o religiones), sino de cultivar nuestras distintas identidades plurales y, a partir de ahí, aliarnos con los otros muchos otros. Quizás. Será estos días que me llaman a la reflexión. Pero píenselo un poco, que tiene sentido y ayuda mucho a la acción individual y colectiva en este mundo de fanatismos crecientes y violentos.

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