PRD y reforma constitucional

19 Sep


(En vista de que el proyecto de reforma constitucional fue depositado ayer en el Congreso Nacional, adelanto mi artículo que saldrá publicado mañana en El Nacional)

Depositado en el Congreso Nacional el proyecto de reforma de constitucional, elaborado por la Comisión de Juristas designada por el presidente Leonel Fernández, se inicia el camino hacia la reforma número 38 de la Constitución de la República. Lo primero es que nadie puede negar que la República Dominicana necesita una nueva Constitución Política del Estado, que ajuste y adecue toda nuestra “ingeniería constitucional” – utilizando la expresión de Giovanni Sartori – a la luz de los cambios que ha experimentado nuestra sociedad en todos los ámbitos.

Lo segundo es que las fuerzas políticas con representación en el Congreso Nacional no pueden abstraerse de este debate que impactará en el presente y en el futuro de nuestro país. Ahora, cabe preguntarse ¿cómo hacerlo? La Constitución de la República, hecha a la medida del ejercicio conservador y caudillista del presidente Joaquín Balaguer, estableció un mecanismo de reforma constitucional muy fácil y simple, previsto en el artículo 118 de la Carta Magna. Citando al jurista Julio Brea Franco, en nuestro país, es más fácil reformar la Constitución, que modificar el régimen monetario y financiero.

Según el artículo 118, una vez integrada válidamente la Asamblea Nacional, en atribuciones de Asamblea Revisora, “las decisiones se tomarán en este caso por la mayoría de las dos terceras partes de los votos”. Nótese que la Constitución no se refiere a dos terceras partes de los presentes ni a dos terceras partes de la matrícula, mayorías que son exigidas para otros asuntos de índole constitucional, como es el caso de la moneda y la banca del país.

De ahí es que, el PLD, por sí solo, puede imponer la reforma constitucional, a través de su mayoría en el Congreso Nacional. Ahora bien, ¿es esto lo que le conviene al país? ¿Debemos seguir el ejemplo de otras experiencias pasadas, incluyendo actuaciones del PRD que no estuvieron a la altura de las circunstancias? ¿Continuará la clase política colocando sus intereses personales por encima de los intereses nacionales?

Fruto de esta realidad, y después del correspondiente ejercicio autocrítico, el PRD quiere una reforma constitucional a través de una Asamblea Constituyente, que fue lo pactado en el 2001. En esta ocasión, nuestra propuesta plantea una Asamblea Constituyente que esté compuesta por 50% de sus miembros que representen a los partidos políticos, y 50% de sus miembros que representen a las organizaciones de la sociedad. Estos miembros serían a título honorífico, lo que no representaría ningún gasto para el Estado.

Llevaremos al Congreso Nacional el anteproyecto de ley que convoque a la Asamblea Nacional para enmendar el mecanismo de reforma de la Constitución. También lo compartiremos con todos las organizaciones de la sociedad a fin de lograr el más amplio consenso en la celebración de la Constituyente.

Este reencuentro del PRD con sus principios y valores también conlleva el rechazo total a la reelección presidencial y a la eliminación de la parte final del artículo 49 de la Constitución. Seis años después del 2002, llegó el momento de rectificar públicamente nuestros errores del pasado, y asumir con dignidad y vergüenza, la reivindicación de los valores democráticos expresados en el respeto a la mayoría del pueblo dominicano que quiere alternabilidad y compromiso en la solución de los graves problemas nacionales.

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