Robert Gates, el servidor público
19 Jun
Cuando Robert Gates, Secretario de Defensa de Estados Unidos, anunció, en agosto del año pasado, su renuncia con efectiva el 30 de junio de 2011, escribí este apunte. Desde entonces, comencé a dar seguimiento a sus declaraciones en distintos foros, y cada vez que las leo, confirmo que es un servidor público excepcional. Cuando aceptó continuar siendo Secretario de Defensa bajo el mando del presidente Barack Obama su objetivo fue muy claro: Establecer el plan de retirada de Afganistán e Iraq, y reducir a lo más mínimo los riesgos de nuevas guerras.
En febrero de este año, Gates fue contundente al afirmar que no quería más guerras como Afganistán e Iraq. Y sobre la guerra en Libia, se opuso a que Estados Unidos participara en operaciones más allá de la zona de exclusión aérea. Más recientemente, durante su última visita a la sede de la OTAN, fue muy enfático en alertar sobre el futuro de esa alianza, que ideológicamente ya no tiene más razón de ser, como que no sea un interés geopolítico de mantener relaciones entre Estados y la Unión Europea, advirtiendo que no todo el peso económico de sus operaciones puede estar del lado americano.
Con todo lo anterior, no significa que esté de acuerdo, en lo más mínimo, con las acciones bélicas emprendidas por Estados Unidos, particularmente bajo la filosofía del entonces presidente George W. Bush, pero debo reconocer las posiciones expresadas por el Secretario Gates. Definitivamente, que hay diferencias que nos separan. Pero, en una época, en la que vemos a servidores públicos, como Dominique Strauss-Khan o como Anthony Weiner, que han salido por la puerta trasera, debo resaltar el contraste que significa un servidor público que sale por la puerta principal, con la satisfacción del deber cumplido y con el amplio reconocimiento de su trayectoria de servicio a su país. Le quedan pocos días como jefe del Pentágono para pasar a la vida privada, en la que, sin dudas, aprovechará para escribir sus memorias que reflejarán esta extraordinaria experiencia. Más, aquí.
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