‘Midnight in Paris’, o cuando los sueños son realidad

16 Jul

Ayer ví Midnight in Paris, la más reciente película de Woody Allen, cuyo genio está presente en todo momento de la obra. Como toda película de Allen, las relaciones amorosas, las ilusiones y las realidades son el eje de la comedia. Un joven guionista, Gil,  interpretado brillantemente por Owen Wilson, junto a su novia y a su familia, viajan a París de vacaciones.  Gil quiere ser novelista, y trabaja en su novela, pero necesita la fuente inspiradora de París. Su novela es sobre un señor que tiene una tienda de nostalgia, de memorabilia, de recuerdos.  Y París es, sin dudas, la ciudad de la luz.

Como sucede con la cenicienta, a la medianoche en París, en uno de esos magníficos callejones, Gil entra en un vehículo que lo lleva a 1920, y se encuentra con quienes vivían en fiestas, tertulias y romances de aquella época: Scott y Zelda Fitzgerald, Ernest Hemingway, Cole Porter, Juan Belmonte, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Luis Buñuel, T.S. Eliot, Gertrude Stein, entre otros. La escena se repite cada día, con diferentes situaciones. Gil no logra salir de su asombro, de poder compartir con quienes son los personajes que admira de toda una vida.

Paralelamente, durante el día, Gil tiene que lidear con las situaciones propias del siglo 21, y sus relaciones con su novia, sus futuros suegros y un amigo pedante de la novia. Poco a poco, vivir en los sueños del pasado, le va situando en realidad de su romance, y definiendo su presente y su futuro.  Es interesante como Allen juega con el estado de negación de la realidad. Ciertamente, vivir en el pasado, hace que no se tenga que enfrentar el presente. La película lo describe genialmente.

Los diálogos entre los intelectuales son excelentes. Las relaciones tensas entre Hemingway y Picasso por una misma mujer, a la cual Gil, también le encantaba. El viaje a la Belle Époque y ver cómo se desarrollaban las cenas y las fiestas en Maxim’s es un recorrido por esa etapa histórica del arte y de las letras. Allen también recrea, con humor, un intercambio entre Gil y Luis Buñuel, que es memorable. Hay que resaltar, también, el rol de Carla Bruni, actual primera dama de Francia, quien hace un papel de guía turístico. Al final, Gil encuentra su amor, en el lugar donde tenía que ser, sobre uno de los puentes de París, bajo la lluvia.

Les dejo con la música original de Cole Porter, «Let’s do it»:

Feliz sábado.

 

 

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