Mubarak, enjuiciado
4 Ago
La escena parecía de las mejores películas que recrean los juicios de la Edad Media. En pleno siglo 21, los acusados «enjaulados», en un proceso judicial televisado, «en vivo», a los millones de televidentes de Egipto y del mundo árabe. Hosni Mubarak, el dictador que mantuvo en sus manos todo el poder durante treinta (30) años, comparecía postrado en una camilla, vestido de blanco y enjaulado ante quienes le juzgarán sobre las acusaciones de asesinato, corrupción y peculado que pesan sobre su contra, hijos y colaboradores cercanos.
Sus juzgadores son los mismos que Mubarak nombró cuando estaba en el poder. Y quienes están hoy en el poder son los militares que le sirvieron durante tantos años. Lo única diferencia es que el ejército egipcio está hoy luchando por mantenerse en el poder en medio de la revolución que derrocó a Mubarak. El ejército egipcio quiere cementar su fuerza en el proceso de reformas que vive Egipto, por lo que no tenía otra alternativa política que no fuese auspiciar la escena que vimos ayer. En ocasiones, los pueblos no solo necesitan pan, sino también circo, decían los romanos.
Para la mayoría de los egipcios, haber visto a Mubarak «enjaulado» causó un profundo impacto, para un país que no está acostumbrado a ello, ni mucho menos para ver al «rais», totalmente deprovisto del símbolo de la autoridad y del poder. Desde estas latitudes, ví un proceso desordenado, que tenía un solo propósito: mandar una señal a los grupos revolucionarios que claman por más democracia, y por más apertura, de que habrá sanción para quienes concentraron tanto poder y acumularon tanta riqueza. El debido proceso de ley se tiene poco presente, al igual que el derecho de los acusados a un juicio imparcial. La audiencia continuará el 15 de agosto. Al final, el ejército tendrá la última palabra sobre si condenan a muerte a Mubarak, como le hicieron los iraquíes a Sadam Husein (que lo ahorcaron, luego de condenarlo) o si tienen clemencia sobre quien fue su Comandante en Jefe. La experiencia me indica que la lealtad es el menor valor que se tiene en cuenta en estos procesos. Más vale sobrevivir políticamente.
Continuaré dando seguimiento a este tema.
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