La ‘bio’ de Angela Merkel
20 Dic
El itinerario personal de la canciller es conocido: hija de un pastor protestante, creció en el Este, tiene formación científica y una vocación política tardía: el día en que cayó el Muro se quedó en la sauna, y solo al caer la noche se dio un corto paseo por el Oeste. En medio de la deriva euroescéptica de Alemania, de Europa entera, su liderazgo está en perpetua crisis: la UE solo avanza a golpes, y ni los alemanes ni los europeos parecen cómodos con el liderazgo de Berlín. Para entender a la democristiana Merkel hay que fijarse en la desconfianza que se ha granjeado en Bruselas, pero también en Atenas, Lisboa, Dublín, Madrid y Roma. Y hay que poner el oído en lo que dice la gente que va en el metro de Berlín. Y quedarse con un par de anécdotas que puede que expliquen algunas cosas. Una: conoció a su primer marido, Ulrich Merkel, en la universidad. Durante tres años compartieron un apartamento en Berlín mientras ella completaba su doctorado en Física. Un día, mientras Ulrich estaba fuera, simplemente se fue. Sin previo aviso. De todo lo que compartían solo cogió la nevera. Su biógrafo cuenta que esa es Angela Merkel: una mujer que se va de casa con la nevera. Y dos: cuando estaba en la escuela, en su primera clase de natación decidió quedarse tumbada en el trampolín, incapaz de saltar al agua. Mientras los demás chapoteaban, ella no acababa de lanzarse: solo cuando sonó el timbre que anunciaba el final de la clase decidió tirarse. A ultimísima hora, sobre la campana.
Excelente descripción sobre la personalidad de Angela Merkel, escrito por Claudi Pérez en su artículo ¿Por qué Alemania dice ‘no’? publicado en El País.
Sin comentarios