El discurso de Hollande
16 May
http://youtu.be/lH8Fwfi4jaQ
Ayer, François Hollande fue juramentado como presidente de Francia, en una ceremonia sobria y sencilla. Los franceses han dado una extraordinaria lección de madurez política, al haber hecho la transmisión del poder, en menos de quince días luego de la segunda vuelta electoral. Ante la gravedad de la crisis del euro y de la situación de las finanzas públicas en Francia, haber adelantado la transición política fue lo correcto. Las imágenes del presidente saliente Nicolas Sarkozy, saludando y recibiendo al presidente electo Hollande reflejan también la fortaleza institucional de Francia.
De su discurso, dos párrafos llamaron mi atención y que sintetizan el pensamiento de Hollande, como presidente de Francia:
Como Presidente de la República, voy a asumir todas las responsabilidades de esta misión de alto excepcional. Voy a establecer prioridades, pero que no tomará ninguna decisión en lugar de todos. Según la Constitución, el Gobierno determinará la política y conducirá a la nación. El Parlamento será respetados en sus derechos. La Justicia tendrá todas las garantías de independencia. El poder del Estado se ejercerán con dignidad, pero la simplicidad. Con gran ambición para el país. Sobrio y escrupulosos en su comportamiento. El Estado será imparcial, ya que es propiedad de todos los franceses y por lo tanto no pertenece a aquellos que hemos recibido este encargo. Las reglas para el nombramiento de los funcionarios públicos serán enmarcadas en la ley. Y la lealtad, competencia y sentido del interés general será el único criterio para determinar mi elección para los más altos funcionarios del Estado. Francia tiene la oportunidad de tener un servicio público de calidad. Quiero decirle que mi gratitud y la expectativa de que he puesto yo y cada uno de sus funcionarios. La confianza, es en la propia democracia. Creo en la democracia local y me refiero a la reactivación de una nueva ley de descentralización que daría a las nuevas libertades para el desarrollo de nuestros territorios.
Creo en la democracia social, y nuevas áreas de negociación estarán abiertas a los interlocutores sociales, que voy a respetar, así como representantes de los trabajadores de organizaciones profesionales. Creo en la democracia ciudadana, la de las asociaciones y la participación cívica que contará con el apoyo de los millones de voluntarios que se dedican a ella. La confianza, que se basa en la justicia en la elección. Justicia en el concepto mismo de la creación de riqueza. Es hora de poner la producción antes de la especulación, la inversión en el futuro antes de que la satisfacción de este trabajo, sostenible antes de ganancia inmediata. Es el momento de iniciar la transición energética y el medio ambiente. Es hora de abrir una nueva frontera para el desarrollo tecnológico y la innovación. Pero la justicia también en la distribución del esfuerzo requerido. No puede haber un sacrificio para algunos, más aún, y otros privilegios, cada vez menos. Este es el significado de las reformas que el gobierno se conducen con el deseo de premiar el mérito, el trabajo, la iniciativa, y desalentar el alquiler y los precios exorbitantes.
Hollande demostró que es un hombre de Estado, que sabe lo que quiere para su país, y que, por encima de todo, es el presidente de todos los franceses. Está consciente de que el momento reclama «sobriedad» y «escrupulosidad». Será respetuoso de los poderes del Estado, y exige comportamiento decoroso y digno de sus funcionarios. Respecto a su ideas progresistas, lo deja claro: Hay que acabar con los privilegios irritantes, frenar la especulación y generar empleos. Sin dudas, se ha iniciado una nueva etapa en la política francesa.
Inmediatamente fue juramentado, el presidente Hollande viajó a Berlín, y se reunió con Angela Merkel. La señal fue muy clara:
Volviendo a su discurso de toma de posesión, Hollande concluyó como cierran los gigantes de la política, con un merecido homenaje a todos sus antecesores. Es posible tener diferencias políticas, pero cuando se trata de poner por delante los destinos de una nación, hay que reconocer el esfuerzo y el sacrificio de quienes han ejercido la primera magistratura del Estado:
«En este momento en que yo soy el responsable de presidir el destino de nuestro país y representar el mundo, saludo a mis predecesores, a los que antes que yo, tenían la responsabilidad de conducir la República, Charles de Gaulle, que puso su prestigio a la grandeza y la soberanía de Francia; Georges Pompidou, que hizo el imperativo industrial en un problema nacional; Valery Giscard d’Estaing, que revivió la modernización de la sociedad; François Mitterrand, que tanto hizo avanzar las libertades y el progreso social; Jacques Chirac, que marcó su compromiso con los valores de la República; Nicolás Sarkozy, a quien dirijo mis mejores deseos para la nueva vida que se abre ante él.»
Extraordinario discurso. Hollande inicia con buen pié.
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Nicolás Sarkozy, y su futuro incierto.
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