CFK en Harvard

29 Sep

La presidenta Cristina Fernández de Kirchner simboliza esta semana otro ejemplo de lo que no debe hacerse en política. Aparentar en el extranjero que es diferente a lo que hace en su propia casa, su país, Argentina. Al asistir a la Escuela de Gobierno de Harvard, la presidenta Fernández respondió más preguntas a los estudiantes que en un año a los periodistas en Argentina. Pero, esto, no quedó ahí. La presidenta tuvo que responder preguntas incómodas en Harvard.

Veamos:

http://youtu.be/h-E6Lv9C6kI

 

La actividad tuvo una duración de una hora y treinta y siete minutos. Invito a verla y a escucharla. Casi la primera hora fue su discurso ante los estudiantes. Desde mi punto de vista, fue un discurso improvisado, en la que hizo una especie de recuento histórico desde la dictadura militar de 1976 hasta la fecha. El discurso tuvo momentos altos, como la célebre conversación de su esposo el presidente Néstor Kirchner con el presidente francés Jacques Chirac en la que éste último le reclamó el fin de la impunidad en Argentina, y cómo desde ahí se inició un proceso de persecución judicial contra aquellos que cometieron los crímenes en la dictadura. Pero, también, su discurso tuvo momentos bajos, cuando desconoce todo el proceso de reforma demócratica que se hizo en Argentina antes del 2001, y por lo tanto su relato de éxito comienza cuando su esposo asume la presidencia, para concluir que, al día de hoy, «Argentina no es un paraíso, y que Disney World solo existe en Orlando, Florida».

Sin dudas que la presidenta Fernández es inteligente, hábil y sagaz, pero su discurso no fue articulado. Confió mucho en la improvisación, y en varias ocasiones, tuvo que preguntarle a sus asesores que le confirmaran determinadas cifras económicas. Lo más grave fue que se confió en que iba a tener un auditorio complaciente, probablemente de estudiantes que no estarían enterados de lo que sucede en Argentina, y fue todo lo contrario. Le formularon 10 preguntas, de las cuales 6 le resultaron incómodas: Cepo cambiario, patrimonio personal, reelección, libertad de prensa, y sobre el miedo a la presidenta.

En varias ocasiones, la presidenta perdió su compostura. En un momento, visiblemente incómoda, dijo » chicos estamos en Harvard… esas cosas son para Matanza», en alusión a una ciudad argentina. Luego, la presidenta pidió excusas al pueblo de Matanza. En otras ocasiones, la presidenta se expresó en forma despectiva hacia los estudiantes que le hacían las preguntas, e infirió que los diarios argentinos les habían enviado sus preguntas por correo. El escenario amigable se convirtió hóstil.

Recomiendo ver este video, y tomar nota de lo que no se debe hacer en una presentación ante un auditorio tan especial, como la Escuela de Gobierno de Harvard. La presidenta Fernández perdió una brillante oportunidad. Los gestos y la cara de apuros del anfitrión que estaba a su derecha así lo refleja.

 

 

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