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Lluvia de abogados

18 Jun

El derrame de petróleo en el Golfo de México no solo ha obligado la atención del gobierno de los Estados Unidos de América en el peor desastre ecológico en los últimos veinte años. Ha provocado tambien, literalmente, una lluvia de abogados, es decir, profesionales del derecho que se han mudado específicamente a las ciudades afectadas por el derrame y que están en la costa del Golfo de México, ofreciendo sus servicios, creando estrategias de captación de clientes (como ésta y ésta), y formando alianzas con otras firmas de abogados, radicadas en distintas localidades.

Lo que mueve a tantos abogados es lógicamente obtener la representación legal para iniciar demandas tipo class action, es decir, una demanda, donde un gran grupo de personas colectivamente presenta una reclamación ante el tribunal, y/o una misma categoría de personas o entidades jurídicas están siendo demandados. Para este caso, habría que categorizar los distintos tipos de daños, pues no es lo mismo representar a los once fallecidos en la explosión del Deepwater Horizon, que asumir la representación de los pescadores de Louisiana que ya no pueden pescar donde siempre lo hacían, o que obtener la representación de la asociación de restaurantes de una de las ciudades de la Costa, que no recibirá la clientela que tenía antes dado que, por ejemplo, la playa está afectada por el derrame.

No se vaya a creer que todo es color de rosa. Conseguir la representación legal para un class action requiere arduo sacrificio y muchas horas de dedicación, pues la competencia es fuerte. Normalmente, en estos casos, lo común, es que los honorarios del abogado se convienen mediante un acuerdo de contingencia (contingency fee), en el que el abogado obtendrá un porciento de las sumas que efectivamente reciban sus clientes, al final del proceso. Se requiere tener paciencia, persistencia y profesionalidad, como en la película A Civil Action.

Demandar a la British Petroleum, que ya ha hecho separado un fondo de US$20 Billones para atender los reclamos generados por el derrame, es un atractivo enorme para los abogados. Pero también es un desafío, un reto. La BP tendrá también muy buenos abogados. De igual manera, el litigio es de resistencia, es decir, tomará años, tal como sucedió con la transacción del Exxon Valdez, que concluyó quince años después de la catástrofe. Hay que prepararse, por lo tanto, para una batalla legal, larga y agresiva, que marcará precedentes importantes en el derecho americano.

Deepwater Horizon, en llamas

7 Jun


Es el peor desastre ecológico en territorio americano en los últimos veinte años. El 22 de abril de 2010, Deepwater Horizon, torre perforadora de pozos petroleros en el Golfo de México, y arrendada a la British Petroleum, se hundió como consecuencia de una explosión ocurrida dos días antes en la profundidad del mar. Habían 126 personas en la Torre el día de su hundimiento. Once personas murieron. National Geographic ha publicado fotos inéditas de ese día. Son impresionantes y tristes, al mismo tiempo. Un día negro para la historia, con consecuencias devastadoras para la humanidad.

El estilo gerencial de Obama

6 Jun


A un año y meses de su presidencia, Obama ha podido superar los distintos desafíos que ha tenido que enfrentar. Todos, a su debido tiempo y a su estilo. Primero, fue la recesión económica, agravada por la crisis global. Segundo, fue la aprobación de la reforma del sistema de salud. Tercero, fue la brecha al sistema de seguridad de Estados Unidos con el intento de atentado al avión en Detroit. Cuarto, fue y es la reforma financiera para fortalecer los mecanismos de transparencia de los agentes de las finanzas en Wall Street, proceso actualmente en curso. y Quinto, fue y es el derrame de petróleo en el Golfo de México.

En los primeros cuatro casos, Obama selló su propio estilo gerencial, transparentando más la información, con ruedas de prensa y sesiones de trabajo, identificando los voceros oficiales para coherenciar el mensaje público, y con sus altas y bajas, fue exitoso. Sin embargo, en el caso del derrame de petróleo, la situación es distinta, porque se trata de un hecho que pone a prueba la capacidad y el liderazgo de Obama en mover la burocracia federal de Estados Unidos, teniendo presente el penoso antecedente de Katrina que marcó, entre otros factores, a la presidencia de su antecesor.

La respuesta inicial de Obama fue tardía. Es decir, originalmente la Casa Blanca dependió mucho de las informaciones suministradas por British Petroleum (BP), concesionaria y responsable del derrame de petróleo. Las primeras respuestas del gobierno americano vienen a producirse cuando llegan las capas de petróleo a las costas de Louisiana. Es cuando ya Obama decide unificar el mando, coherenciar la vocería pública y dar señales de que está al frente de la situación. En poco tiempo, Obama ha ido tres veces al Golfo de México, y como se puede apreciar en el blog de la Casa Blanca, su última visita sirvió para reunirse no solo con el gabinete de crisis, sino con la comunidad y los pescadores, entre otros sectores. Su alocución semanal fue incluso, in situ, desde unos de los puertos. Días antes, el propio Obama públicamente reconoció que estaba furioso por el hecho de que no se había buscado solución definitiva al mayor problema ecológico de los últimos veinte años. Y con razón.

Tal como señala este interesante análisis titulado Oil spill tests President Obama management style, Obama se ha distanciado bastante de sus antecesores, y valora la opinión de sus asesores, citándose, incluso, que algunos Secretarios de su gabinete se quejan anónimamente de algunas veces se enteran de decisiones através de asesores y asistentes del presidente. Es un estilo más directo, tendente a reducir la burocracia y eficientizar la toma de decisiones. Definitivamente, creo que Obama superará el efecto Katrina, pero este proceso le arrojará lecciones que serán muy importantes para su futuro político.