‘Zero Dark Thirty’, el lado oscuro de la guerra
10 Feb
Ayer ví Zero Dark Thirty, la película sobre la búsqueda, captura y ejecución de Osama Bin Laden. No es una película sobre política en el sentido de que no está enfocada sobre los actores políticos del gobierno de Estados Unidos involucrados en esta decisión, sino sobre los operadores de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) que dedicaron una década detrás del autor de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
La escena inicial de la película es tensa e intensa. Luego de escuchar con la pantalla en negro el conjunto de voces sobre lo ocurrido el 11 de septiembre, pasa inmediatamente a una celda desconocida en algún lugar de Afganistán en el que agentes de la CIA interrogan a un supuesto terrorista, o mejor dicho, un ‘combatiente enemigo’, a quien torturan, le aplican la técnica del ‘ahogamiento’ y lo amarran con cadenas como si fuese un animal, para obtener información. Es por tanto, una película en la que se ve el otro lado de la guerra anti-terrorista, es decir, todo lo que tuvo que hacer el gobierno americano para obtener información en el terreno de juego.
Otra escena pero impactante, es cuando los tres agentes de la CIA están en el salón de conferencias, viendo una entrevista que la CBS le hizo al entonces candidato presidencial Barack Obama, en la que Obama insiste en que no aceptará ningún tipo de tortura en contra de terroristas. En el salón se produce un silencio, reflejado en las caras de los agentes, que uno no sabe si es de remordimiento o si es alivio. En el fondo, la película cuestiona la legitimidad y la eficacia de las torturas durante los interrogatorios.
La protagonista de la película es la agente Maya, personificada por Jessica Chastain, quien tiene una actuación brillante. Es el ejemplo de tenacidad, perseverancia y solidaridad. Su único objetivo: buscar, capturar y ejecutar a Bin Laden. Interesante el diálogo entre el Director de la CIA y ella, cuando el primero le pregunta que si ella ha trabajado en otro caso, a lo que responde que en ninguno. Diez años de su vida, ella lo dedicó a eso: a lograr este objetivo.
Evidentemente que la parte final de la película, que es la operación de captura y ejecución de Bin Laden, es excepcional. Una mezcla de ficción y de realidad: La recreación de la operación de los Navy Seals. La directora de la película Kathryn Bigelow lo hace magistral.
«Zero Dark Thirty» es una película necesaria. El costo humano, político, económico y moral de una guerra. Invito a verla.
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¿Porqué la titularon «Zero Dark Thirty»? La respuesta, aquí.
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