La OEA: ser o no ser
7 Jul
Al día siguiente del Golpe de Estado en Honduras, escribí: «El Secretario General de la OEA debió estar ayer por la tarde en Honduras, y dar la cara frente a este atropello a la democracia latinoamericana. Reitero, si la comunidad internacional no toma el caso de Honduras con todas las consecuencias, podríamos estar abriendo una ventana de la cual luego nos arrepentiremos.» Han pasado ya nueve días de esta herida a la democracia, y dado el fracaso de la OEA, y a solicitud de los Estados Unidos, y con la anuencia de las partes en conflicto, se iniciará un proceso de mediación en Costa Rica por el presidente Oscar Arias, el cual saludo. Sin embargo, como demócrata, no dejo de exclamar ¡qué triste ha sido el papel de la OEA! Cada día que pase, sin que se logre la restauración del orden constitucional en Honduras, y la adopción de las necesarias reformas políticas e institucionales fruto del diálogo nacional, es un día menos para la legitimidad de este organismo que agrupa a las democracias del continente. A propósito de la OEA, totalmente de acuerdo con esto.
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