La foto: El café de Angela

23 Jul

Angela Merkel, sirviéndose su propio café.

 

Por estas latitudes, en los países que hemos vivido bajo largos años de dictadura,  seguidos luego de regímenes caudillistas, que forjaron el presidencialismo, como expresión del poder que encarna quien ejerce la presidencia de un país, ver la foto, que comparto con ustedes, es impensable. Que el presidente de una nación se sirva su propio café, sin la ayuda ni asistencia de un camarero vestido de etiqueta tropical, es sencillamente soñar.  Más, si el presidente está en presencia de otros jefes de Estado o de Gobierno. Eso sería romper todas las reglas del protocolo que nos viene desde Trujillo y Balaguer. Al contrario, cada jefe de Estado o de Gobierno, tendría asignado un camarero, elegantemente vestido, para servirle su café, así como sus alimentos, previamente inspeccionados por los responsables de la seguridad presidencial. Todo, a costa del Estado.

Europa está sumida en la terrible crisis de la deuda. Pero, la grandeza de la política europea siempre ha sido en la sencillez, la simplicidad y la sobriedad con que los jefes de Estado o de Gobierno llevan su día a día, con algunas excepciones lógicamente. Es decir, no es por la crisis financiera actual, que la jefa del Gobierno de Alemania, canciller Angela Merkel, se está sirviendo, ella misma, su propio café, que probablemente fue colado con bastante tiempo de anticipación a esa reunión, como cualesquieras otros cafés que se sirven en la sede principal de la Comisión Europea en Bruselas. Ni tampoco es por la crisis, que en esa mesa, están servidos una botella de agua, jugos en sus envases,  manzanas, guineos o bananas, galletas y jelly beans, sin que existan camareros que hagan la labor de servirlos elegantemente a cada invitado. Es todo «self-service». Es que esa ha sido siempre la sencillez con que se conducen los actos oficiales diarios en Europa.

El ejemplo es doble. Por que quien se sirve ese café, con esa simpleza y humildad, es Angela. Alemania, junto a Francia, son las dos naciones que han dado la cara por Europa en estas circunstancias de crisis. Era para que Angela hubiese sido recibida con honores militares, con alfombra roja, con servicios de cinco estrellas. Sin embargo, la austeridad, la frugalidad, la sencillez y la sobriedad, que son las condiciones que exigen estos tiempos, y que, adicionalmente forman parte de la tradición europea, son las que sobresalen en esta foto. Por estas latitudes, con ejemplos que vemos a diario en actividades oficiales, nos falta mucho por aprender.

 

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