La salud, en el debate americano
14 Sep
La mejor escena del debate escenificado el pasado lunes por los precandidatos presidenciales del Partido Republicano fue la respuesta del precandidato Ron Paul ante la pregunta de que le pasaría a un ciudadano de treinta (30) años que está en estado de coma, al borde de la muerte, pero que no tiene seguridad social. Más escalofriante, fue escuchar los aplausos del público que clamaban por la muerte de ese ciudadano, en vez de que recibiera los cuidados médicos, aún cuando no tuviese seguridad social:
Para los republicanos, sobre todo los aupados por el Tea Party, la asistencia del Estado en la protección de la salud es visto como «socialismo», por lo que, a su juicio, rechazan toda intervención del Estado en estos temas, y por el contrario, entienden que el cuidado de la salud es una responsabilidad de cada ciudadano. Evidentemente, que la otra cara de la moneda, es Barack Obama y el Partido Demócrata. Solo recordar que la seguridad social fue creada por el presidente Franklin Delano Roosevelt en 1935, y que, uno de los logros del presidente Obama, ha sido la reforma al sector salud para asegurar cobertura a millones de americanos que antes no podían tener acceso a la misma.
Dos visiones sobre el estado de bienestar. Una, limitada y cerrada que no permite ni siquiera la salvación de la vida humana; y la otra, abierta y consciente de que el derecho a la salud es universal. Eso es lo que está en juego en el debate político americano, de cara a las elecciones de 2012. En ese debate, Obama tiene todas las de ganar.
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