Brasil, cero tolerancia contra corrupción
27 Oct
Orlando Silva, ministro de Deportes, se convierte en el sexto ministro que renuncia en Brasil, cuestionado por corrupción. Se le acusa de haber recibido 23 millones de dólares en comisiones ilegales. Hace dos días, la justicia decidió abrir la investigación, por lo que la suerte de Silva estaba ya marcada. La presidente Dilma Russeff le pidió su renuncia, y ahora Silva tendrá que enfrentar los cargos judiciales. Lo interesante de este caso es que Silva es miembro del Partido Comunista de Brasil, aliado del gobierno. La corrupción no tiene fronteras ni límites. A esto se le une el hecho de que Brasil estará albergando en los próximos años varios eventos deportivos como los Juegos Olímpicos y la Copa Mundial de Fútbol, entre otros.
En menos de diez meses que tiene al mando, Dilma ha destituido a seis ministros, acusados de corrupción. Por eso, a diferencia de los movimientos de ‘indignados’ en otros países, los ‘indignados’ de Brasil no están contra Dilma, sino están en contra de los corruptos, y exigen justicia y sanciones, como lo hacen las escobas verdes. La receta anticorrupción de Dilma es eficiente y valiente. Así es que se gobierna. Por estas latitudes, es un caso a imitar. El mensaje es muy claro: Cero tolerancia a la corrupción, y así se fomenta prosperidad y crecimiento para la clase media. Ese ha sido y es el éxito de Brasil.
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