Las lágrimas de Segolene
11 Oct
En noviembre de 2006, escribí este apunte sobre Segolene Royal, quien había ganado la candidatura presidencial del Partido Socialista francés para enfrentar a Nicolás Sarkozy en 2007. Segolene perdió esa jornada electoral, pero mantuvo su condición de símbolo que representaba una nueva visión socialista en Francia. Sin embargo, lo que siguió luego, fue un cálculo estratégico, costoso y riesgoso.
Segolene sufrió derrotas tras derrotas. A lo interno del partido, aspiró a la secretaría general, perdiendo de Martine Aubry. Su figura, la de Segolene, se fue degastando, pasando de ser la estrella del socialismo francés a ser una dirigente más, dentro de los principales de una organización política. No obstante, Segolene decidió aspirar a la candidatura presidencial, en circunstancias más difíciles, y el pasado domingo, en las primarias, sufrió una derrota demoledora. François Hollande, ex secretario general y ex esposo de Royale, ganó el primer lugar con 39.2%; Martine Aubry, 30.5%; Arnaud Montebourg, 17.3%; y Segolene Royal, 7%.
De haber tenido el presente y el futuro en sus manos, Segolene se esfumó entre los militantes del Partido Socialista. En el 2007, ella pudo mantenerse al margen de la lucha interna, y reservarse para las primarias de 2007. No lo hizo así, y ahora sufre las consecuencias. Es muy fácil, desde estas latitudes, decirlo; lo difícil es colocarse en los zapatos de Royale. En política, no hay muertos. Pero, el caso de Segolene Royal es digno de estudio. Tiene profundas lecciones sobre el comportamiento y la conducta de los políticos, y sus habilidades para entender los procesos electorales. Segolene, ahora más que nunca, debe pensar, más que en ella, en el Partido Socialista, y colaborar, como una militante más, en el triunfo electoral de 2012, apoyando a quien resulte ganador de la segunda vuelta el próximo domingo: Hollande o Aubry.
——————————–
En enero de 2011, así estaban los sondeos entre los herederos de Mitterand. Hollande estaba en último lugar, y ganó las primarias el pasado domingo. Nadie puede ser subestimado en política. Que extraordinaria lección.
Comentarios recientes