Tolerancia cero a la corrupción, un mensaje tardío
1 May
Anoche el presidente Leonel Fernández afirmó que no habrá tolerancia a la corrupción, en el marco de la presentación del Plan Estratégico República Dominicana Transparente, de Ética y Prevención de la Corrupción 2009-2012, auspiciado por la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción. Dicho Plan, al momento, no está publicado en la web de la Comisión Nacional de Ética y Combate a la Corrupción, lo que significa que no está disponible al público on-line, situación que esperamos sea pronto solucionada.
Lo curioso fue que lo que dijo el presidente Fernández, y lo cito textualmente:
«Que este mensaje se difunda, porque de ahora en adelante nuestra consigna es tolerancia cero a la corrupción».
Es decir, este discurso no fue pronunciado el 16 de agosto del 2004, ni el 16 de agosto del 2008. Fue pronunciado, anoche, 30 de abril de 2009, como si se estuviera dando por cerrado o por no ocurrido los graves actos de corrupción pública que se escenificaron durante los últimos cinco años: Es como si el escándaloso préstamo de 130 millones de dólares de la Sun Land (cuyo destino no se sabe dónde está y ahí están las obras supuestamente anunciadas en total abandono) no se hubiese nunca realizado, por citar un caso probado públicamente. O es como si el pago de las famosas nominillas de los Comités de Base del PLD, con fondos públicos de distintas instituciones estatales, demostrado en videos, no hubiese existido. O es como si los actos de nepotismo, escenificados en la mayoría de las instituciones públicas, documentadas públicamente, incluidos manejos turbios en las finanzas de esas instituciones, como la oficina de transporte y el programa de reducción de apagones, no fuesen realidad.
Sin incluir, las concesiones que no se conocen públicamente, el derroche de determinados funcionarios públicos en el desempeño de sus funciones, y claro, el uso de los recursos del Estado para imponer su relección presidencial en las pasadas elecciones presidenciales.
El presidente Fernández debió haber hecho un pronunciamiento más enérgico y profundo. Desaprovechó una gran oportunidad de conectar con una amplia franja de la sociedad dominicana que está reclamando sanción para la corrupción. Lo que hizo fue, lo contrario, un mensaje estético para cerrar los anteriores actos de corrupción sin sanción. El mensaje es y fue tardío. Con pesar, seguiremos en «más de lo mismo».
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