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Mark Twain en la Casa Blanca

1 May

En una ocasión, un periódico de New York publicó el obituario de Mark Twain, siendo falso, pues Twain estaba, como se dice, vivo y coleando. Cuando la prensa le preguntó a Twain su opinión sobre la publicación de su obituario, Twain respondió: «Los reportes sobre mi muerte son grandemente exagerados».

Ayer, el presidente Barack Obama ofreció una conferencia de prensa, y el hombre más poderoso del mundo, pudo comprobar la fragilidad del poder. Todo iba desarrollándose, hasta que el periodista Jonattan Karl le preguntó a Obama sobre su agenda en el segundo mandato, ante las derrotas que ha sufrido en el Congreso americano, dominado mayoritariamente por los republicanos, y citó como ejemplo la derrota a la reforma sobre la tenencia de armas, y con la «confiscación» o «sequester» promovida por los republicanos que ha obligado a hacer recortes de programas federales.

Obama respondió, parafraseando a Mark Twain:

«Ya sabes, los rumores de mi muerte pueden ser un poco exagerados».

Es impresionante como ya Obama lleva cien días dentro de su segundo mandato, y para sectores de la prensa americana, el presidente no tiene ya control de su agenda o programa de gobierno. Algunos hablan ya de un gobierno moribundo. Por supuesto, Obama respondió en el sentido esperado, de que impulsará las reformas y de que logrará la aprobación de gran parte de ellas.

El hombre más poderoso del mundo, que ya no puede reelegirse, comienza a sentir lo difícil que es gobernar siendo un presidente  ‘pato caído’ o ‘lame duck‘, y apenas su segundo mandato está comenzado. Veremos.

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Conferencia de prensa de Obama, ayer:

 

 

‘Arquímedes’ por Mark Twain

28 Sep

Durante el fin de semana, leyendo la prensa nacional me encontré con la columna del escritor Pedro Conde Sturla, quien la tituló Mark Twain y Arquímedes. En su columna, Conde reproduce el relato Arquímedes, que Twain publicó por primera vez en el diario Australian Standard en 1887.  El relato, en pleno siglo XXI, tiene toda su vigencia a propósito de la crisis económica global y local.

Me permito reproducir algunos párrafos de Twain:

Dadme la tierra como propiedad privada, y moveré el mundo? No señor, haré mucho más que eso. Esclavizaré a todos los hombres y sería un idiota si los esclavizara como antes y tuviera que estar curándoles las heridas, cuidando de ellos todo el tiempo y dándoles látigo para hacerlos trabajar. Bajo mi sistema los tontos esos se la pasarán creyendo que son libres, los haría trabajar más que nunca y sin tener yo la mas mínima responsabilidad. Ellos cultivarían la tierra, extraerían metales preciosos de sus entrañas, construirían ferrocarriles y líneas telefónicas, sus barcos navegarían los océanos, trabajarían, inventarían cosas, sus depósitos se llenarían de mercancías, sus mercados abundarían en todo y lo bueno de esto sería que todo ello me pertenecería!

Mire usted como serian las cosas: si yo fuera el dueño de la tierra, tendrían que pagarme renta, pues no seria razonable que esperaran la utilización del mundo sin pagar. Yo no soy un hombre sin corazón, y para fijar la renta lo dejaría en manos de ellos mismos. Podría ser más justo?

Pensemos en una extensión de tierra, digamos una granja o un solar central o cualquier otro. Si hubiera un solo interesado no me daría mucho por ella, pero habiendo varios, competirían unos con otros y yo aceptaría la mejor oferta. ¿Qué hay de malo en ello? Con el aumento de población, con el desarrollo del comercio y la industria, con el avance en las artes y en las ciencias, se aumentaría el valor de la tierra como todos ustedes saben, y la competencia elevaría la renta tanto que en la mayoría de los casos se llevaría casi todas las ganancias de quienes la ocupasen.

En estas condiciones algunos de los más desafortunados comenzarían a pedir prestado y a otros se les metería en la cabeza que tal vez con un poco más de capital podrían aumentar sus negocios y hacerlos mas productivos. Aquí aparecería yo en ayuda del necesitado: como soy un benefactor de la raza humana, tendría que ayudarles. Con mis entradas podría prestarles hasta donde les alcanzase el respaldo, no creo que esperasen mas de mi, y en cuanto al interés, sería igualmente generoso.

La tasa de interés la fijarían ellos mismos de igual manera que fijaron La renta. Así los tendría bajo mi control y si se atrasasen en los pagos vendería sus prendas! Podrían quejarse, pero negocio es negocio! Han debido trabajar mas intensamente y ahorrar un poco más! Cualquier cosa que pasase el problema seria de ellos, no mío.

Como disfrutaría yo de la vida! Rentas e intereses, limitados solo por la capacidad de pago de los clientes!

Las rentas subirían y subirían, y ellos continuarían empeñándose e hipotecando sus cosas, y uno a uno caerían en bancarrota. Que espectáculo! Así, con la sola palanca del control de la tierra, no sólo la tierra sino todo en ella me pertenecería. Yo sería el amo de todos y el resto de la humanidad esclavos complacientes.

La genialidad de Twain en su máxima expresión, ratificada por su visión a largo plazo. Gracias, al escritor Pedro Conde Sturla por compartir esta joya.