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Señales de Dilma: Fue a Porto Alegre, no a Davos

28 Ene

Mientras las élites políticas y empresariales fijan su atención en Davos, la presidenta de Brasil da una señal coherente con sus convicciones ideológicas: No va a Davos, y sí va al Foro de Porto Alegre. A diferencia de Lula que fue un asistente permanente de Davos, Dilma no fue el año pasado ni este año, y al contrario, ha estado presente en Porto Alegre:

http://youtu.be/SMYdIx5AmaU

 

Por primera vez, en muchos años, ni el ministro de economía ni el presidene del Banco Central brasileño asisten a Davos. Y la razón es muy simple, pero compleja. Durante el mandato de Lula, Brasil estaba en un proceso de posicionamiento en la comunidad internacional, y era necesario convencer al mundo de la economía global que Brasil era ya otra nación, lista para las inversiones y preparada para convertirse en una potencia mundial, como en efecto lo es. Hoy día, Brasil ya no tiene que estar exhibiendo su modelo en Davos, pues, durante la actual crisis global, Brasil  la ha superado con éxito.

Hay un segundo motivo, y es ideológico. El articulista Juan Arias lo explica en este artículo titulado Por qué Dilma Rousseff no va al Foro de Davos y sí al de Porto Alegre:

Hay un segundo motivo por el que Rousseff ha preferido ir al Foro Social de Porto Alegre y no a Davos. Al revés de Lula, que aseguraba que él no era “ni de izquierdas ni de derechas”, ya que el exsindicalista siempre fue un político pragmático y poco ideologizado, la presidenta brasileña fue toda su vida declaradamente comprometida con la izquierda e, incluso, en sus tiempos juveniles, con la izquierda más radical y extremista que en aquellos años predicaba la dictadura del proletariado, lo que le valió la cárcel y la tortura durante la dictadura militar brasileña. Convertida a  la socialdemocracia, militó después de la dictadura en el partido de Leo Brizola (PSD), abiertamente izquierdista y solo hace 12 años se pasó al Partido de los Trabajadores (PT), fundado por Lula, de carácter más sindicalista y que actuó siempre en una izquierda progresista pero democrática.

Arias concluye:

Rousseff ha seguido fiel al modelo de política económica heredado de Lula, que a su vez había heredado de su antecesor, el socialdemócrata Fernando Henrique Cardoso, que dio solidez a la hasta entonces maltrecha economía brasileña. Y la presidenta fue fiel al modelo cuando tomó las riendas del país, a pesar de que algunos pronosticaban que cambiaría dicho modelo económico. No lo ha hecho. Ha continuado con una política económica liberal con fuertes tintes sociales, para acabar con la miseria del país, en la línea de los Gobiernos de Lula. Pero el corazón de la mandataria sigue latiendo a la izquierda y no se habría encontrado a gusto entre los banqueros de Davos y menos después de las duras críticas que ha hecho a un sistema financiero mundial que ha puesto en riesgo no solo la economía americana sino la supervivencia de la misma Unión Europea. La exguerrillera, convertida a demócrata, se encontrará mejor entre los movimientos sociales progresistas de Porto Alegre, que de alguna manera le recordarán sus luchas juveniles a favor de un mundo alternativo, capaz de soñar la utopía de un mundo mejor.

Señal coherente de Dilma. ¡Bien!

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Apunte relacionado:

Foto inédita: Dilma Rousseff, el coraje.