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1965, el constitucionalista

26 Nov


La primera foto es muy poco conocida. Se observa a mi padre, Salvador Jorge Blanco, saliendo de una de las reuniones de la Comisión Negociadora del Acta Institucional que puso fin a la revolución de abril de 1965. A la izquierda, con canas y espejuelos, Ellsworth Bunker, Embajador de Estados Unidos ante la OEA, quién representó a la organización hemisférica en esas negociaciones. Mi padre fue uno de los negociadores por parte del gobierno constitucionalista. Fueron jornadas agotadoras e históricas.

La segunda foto es el momento en que se firma el acta institucional. Figuran Francisco Alberto Caamaño Deñó, presidente constitucional; Jottin Cury, Secretario de Relaciones Exteriores; mi padre; y Héctor García Godoy, quien sería el próximo presidente de la República.

Desde el primer momento, mi padre fue parte activa de la revolución de abril de 1965. Siempre fue y ha sido defensor de la democracia. Nunca estuvo de acuerdo con el golpe de Estado de 1963. Por eso, aceptó ser el Procurador General de la República en el gobierno constitucionalista de 1965. Durante ese período, mi padre vivía clandestinamente en la casa de mi tía, Alina Mera Checo, hermana de mi madre, cerca de Ciudad Nueva. Mis padres estuvieron también en la batalla del Hotel Matum. Cada vez que voy al hotel en Santiago, mi mente se traslada a esa época al contemplar las fotos que están expuestas en la segunda planta. Sus memorias de este período están recogidas en su libro «Guerra, Revolución y Paz«.

Yo no había nacido en 1965. Nací en 1966, pero, puedo decir, que en mi casa aprendí el himno de la revolución: «A luchar soldados valientes, que empezó la revolución, a imponer los nobles principios, que reclama la constitución…»

En 6 años, 9 gobiernos

19 Oct

En ocasiones, hay que revisitar la historia para comprender el presente. Quizás, el período más inestable de la democracia dominicana lo ha sido el comprendido entre el 1 de enero de 1962 al 1 de julio de 1966. En seis años, nueve gobiernos, de los cuales siete fueron de dudosa legitimidad democrática:

– 1 de enero de 1961 al 16 de enero de 1962: El Consejo de Estado.

– 16 de enero de 1962 al 18 de enero de 1962 – La Junta Cívico-Militar.

– 18 de enero de 1962 al 27 de febrero de 1963 – El Consejo de Estado.

– 27 de febrero de 1963 al 25 de septiembre de 1963 – Presidencia Constitucional de Juan Bosch.

– 26 de septiembre de 1963 al 25 de abril de 1965 – El Triunvirato.

– 25 de abril de 1965 al 27 de abril de 1965 – Presidencia Provisional de Rafael Molina Ureña.

– 27 de abril de 1965 al 7 de mayo de 1965 – Gobierno de Reconstrucción Nacional.

– 27 de abril de 1965 al 2 de septiembre de 1965 – Gobierno Constitucional de Francisco Alberto Caamaño Deñó.

– 3 de septiembre de 1965 al 1 de julio de 1966 – Presidencia Provisional de Héctor García Godoy.

Durante la revolución de 1965, coexistieron dos gobiernos. Es obvio que el legítimo lo representó el gobierno constitucionalista de 1965. Hubo, igualmente, un presidente que apenas permaneció en el poder, menos de 48 horas. Y, claro, hubo un gobierno, el del Triunvirato, que, tres ciudadanos encarnaron el absurdo de representar, los tres poderes, al Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Y el gobierno democrático, electo por el pueblo, del presidente Juan Bosch, tuvo una duración de siete meses hasta que fue derrocado en un perverso Golpe de Estado.

A veces nos preguntamos por las deficiencias de nuestras instituciones democráticas, hoy en el Siglo 21. La respuesta está en la historia.