Creo en la libertad, la igualdad y la fraternidad como principios ordenadores de una sociedad justa. Pero de verdad, tomados en serio y adaptando su consecución a las realidades cambiantes del mundo.
Sin dudas, este debate marcó el antes y el después de los debates electorales en España. El gran perdedor, el ausente, Mariano Rajoy. El gran ganador, el votante, que pudo ver y comprobar que la nueva generación de líderes políticos es capaz y madura para gobernar. Y finalmente, el Internet sigue siendo la fuerza motor. El debate no fue televisado por los canales tradicionales. Ganó la red. Ganó la democracia.
Aunque España tiene un régimen parlamentario, su democracia replica, en una versión diferente, al discurso del Estado de la Unión que hace el presidente de Estados Unidos, al inicio de cada legislatura. Mientras en Estados Unidos, el presidente agota y pronuncia un discurso ante la reunión conjunta del Congreso (Senadores y Diputados), y luego, en otro ambiente, un representante de la oposición, refuta el discurso del presidente. Por su parte, el formato elegido en España es que, en una sesión del Congreso de los Diputados, el presidente del Gobierno comparece y pronuncia su discurso, y luego, ahí mismo, cada representante de la oposición, le refuta su discurso, con derecho a réplica.
Más que una sesión protocolar, en España es un debate, en el que se discute el Estado de la Nación. De todas las intervenciones de ayer, comparto la de Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, quien tuvo una participación de calidad:
La marcha celebrada en Francia en contra de los atentados terroristas en la sede de «Charlie Hebdo», ha provocado el protagonismo exagerado de quienes no ocupan las posiciones públicas principales en ese país, así como también ha llamado la atención sobre las malas relaciones públicas de los líderes extranjeros que asistieron a la misma. Nicolás Sarkozy, Benjamín Netanyahu, Pedro Sánchez, Ed Miliband y David Cameron están entre los que exhibieron protagonismo exagerado. Impresionantemente, Mariano Rajoy lo hizo a la altura de las circunstancias, al igual que el presidente de Francia, François Hollande. En definitiva, cuando no sé es protagonista, hay que ocupar su espacio.
La clase media es casi toda la sociedad: los trabajadores, los desempleados, los jóvenes que han creído en el sistema y se ven desamparados y obligados a exiliarse, los mayores de 45 años, que son los damnificados por la quiebra de modelo de crecimiento económico. Esta clase media que sufre la fuerte presión fiscal y que exige a los partidos más transparencia, participación y democracia. Los partidos tenemos que defenderla, creando un sistema fiscal mucho más justo y garantizando un Estado de bienestar que haga que todos los hijos puedan ir a un colegio público con las garantías de aprender inglés, de tener las herramientas necesarias para triunfar en la sociedad del siglo XXI. Para eso tenemos que crecer y garantizar empleo, pero lo que hay es la transformación de contratos fijos en temporales y la reducción de la protección de los trabajadores.
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, en esta entrevista.
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