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Patricio Aylwin, el animal político

28 May

La historia reciente de Chile no se puede escribir sin citar el nombre de Patricio Aylwin. Fue el primer presidente democrático luego de la dictadura de Pinochet, y por lo tanto, le correspondió liderar la transición de la democracia chilena.  En el fin de semana, leí la entrevista publicada por el periódico El País. En ella, Aylwin se refiere a varios temas sobre la vida política chilena, desde Salvador Allende hasta los días actuales.

Sobre Pinochet, a quien tuvo que tratarlo de primera mano, pues el dictador siguió un tiempo como Jefe de las Fuerzas Armadas, mientras Aylwin era presidente de Chile: “Sabía hacerse el simpático cuando quería. Era socarrón y diablito, jugaba para su propio lado.»

Aylwin vivió el golpe de estado de 1973, y considera que Salvador Allende «terminó demostrando que no fue buen político, porque si hubiera sido buen político no habría pasado lo que le pasó».

También, habla sobre el gobierno actual de Chile:

“La UDI está por un lado, la RN, por otro. Hay demasiadas diferencias entre los partidos oficialistas. ¿Cuál es el proyecto? Me preocupa hacia dónde va el país bajo el liderazgo de Piñera. Es decir, cuáles son las grandes líneas afirmadas por el presidente, planteadas en el Congreso y traducidas en proyectos institucionales para poner en práctica una nueva visión del país”. ¿Le falta relato, como dicen los analistas? “Yo no sé qué será. Pero…¿cuál es el proyecto que representa Piñera? El piñerismo”.

A sus 93 años de edad, Aylwin quiere que lo recuerden como:

“Espero que mis compatriotas y la historia me muestren como un demócrata, un chileno abierto al pluralismo, impulsor de la justicia social y defensor de los derechos humanos”.

El texto íntegro de la entrevista, aquí.

Salvador Allende, Post Mortem

5 Sep

«Por supuesto que (el filme) es político, el Presidente de la República ha muerto con su cráneo estallado. Eso es lo más político que existe. Hay que volver a verlo porque no se comprende. Es algo que no he terminado de comprender. Es todavía para mí un misterio… Pinochet murió hace sólo cuatro años con 30 millones de dólares y 3.000 desaparecidos. Las personas que torturaron y mataron están aún vivas. Puede que alguien piense que eso está resuelto. Yo digo que no. Yo lo que pido es comprender, saber qué pasó, ir allá (a 1973) para tratar de entender qué pasó. Nada más. No quiero juzgar, ni dar un juicio».

Pablo Larraín, refiriéndose a su última película Post Mortem sobre la autopsia practicada a Salvador Allende, luego de su muerte, y el ascenso al poder de Pinochet. El trailer de la película aquí. El próximo 11 de septiembre se conmemora el 37 aniversario de ese terrible acontecimiento que apagó la democracia chilena hasta finales de la década de los ochenta.

Presidente Frei, envenenado por la dictadura

8 Dic

Todos los crímenes son terribles y perversos, y demuestran la miseria humana de sus autores materiales e intelectuales. Pero, uno de los peores crímenes es através del método del envenenamiento, pues sus autores engañan, no dan la cara, se esconden, y solo através de las mejores técnicas investigativas se descubre la verdad. Es lo que ha pasado con el presidente Eduardo Frei Montalva, quien gobernó Chile entre 1964 y 1970, y que falleció en 1982, luego de haber sido intervenido por una hernia. Ayer, un juez acaba de procesar a seis personas por envenenar al presidente Frei.

¿Cómo lo hicieron?

El fallecimiento de Frei «fue ocasionado por la introducción paulatina de sustancias tóxicas no convencionales (…) y por la ocurrencia de diversas situaciones anómalas, que pudieron ser disimuladas como inadvertencias o negligencias que paulatinamente deterioraron su sistema inmunológico y facilitaron la aparición de bacterias oportunistas (…) que resultaron ser la causa final de su muerte y dieron la apariencia de que su deceso ocurrió por complicaciones derivadas de las intervenciones quirúrgicas a que fue sometido, haciendo imperceptible la intervención de terceros».

Aquí sigue la crónica.

Desde el punto de vista político, no hay que olvidar que Frei Montalva, para 1982, denunciaba las violaciones de los derechos humanos en la dictadura de Pinochet, quien solo se limitó a esperar una circunstancia como ésta, la de una intervención quirúrgica, para acometer este crimen. Sin lugar a dudas, Pinochet y todos sus secuaces demostraron que no tenían valor para dar la cara ante sus abusos y crímenes. Hubo que esperar 27 años para descubrir la verdad en este caso.

Por último, algunos han querido hacer coincidir esta decisión judicial con el hecho de que, dentro de cinco días, Chile celebra sus elecciones presidenciales, en las que Eduardo Frei, hijo de Frei Montalva, es Candidato Presidencial. Creo que quienes así piensan cometen un error táctico. Contra el deseo de justicia, nadie puede cegarse. Una cosa, nada que ver con la otra.