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Fidel Castro, el paciente

21 Dic

Ahora que personalmente estoy viviendo una experiencia en la que tengo que tratar diariamente a médicos y enfermeras, y junto a mi familia, tomar decisiones, me pongo en los zapatos de los médicos que atendieron a Fidel Castro, quien es un paciente muy particular. Es el Secretario General del Partido Comunista de Cuba y es el líder del régimen cubano. Durante su enfermedad, según revelan los cables de Wikileaks, Castro es el que ha tomado las decisiones, incluyendo las más cruciales, aunque no hayan sido las mejores:

Presentaba una perforación en el intestino grueso y necesitaba una colostomía, una abertura en la parte exterior del abdomen para eliminar los productos de desecho hasta que sane el colon o se le efectúe otra cirugía para sustituir el ano, «a la que (Castro) se opuso, diciendo que debían cortar la parte infectada y empalmar el intestino al colón. El doctor (Eugenio) Selman, jefe del equipo, estuvo de acuerdo, pero el resto de médicos se opuso. Fidel, caprichosamente, se opuso», prosigue el informe. «Con el paso del tiempo, y al haberse infectado el colon, la operación falló y la parte empalmada se separó. Tuvieron que operarle de nuevo, pero se toparon con una fístula (una conexión anormal entre dos órganos), cuya existencia desconocían».

El informe recogido por la legación diplomática de EE UU agrega que normalmente una fístula bloquea la digestión de la comida, con lo que Fidel Castro perdió cerca de 18 kilos y hubo de ser alimentado con suero «y utilizaron un aparato fabricado en Corea para tratar la fístula, aunque sin mucho éxito». Fue entonces cuando fue llamado el médico español José Luis García Sabrido, quien descartó la existencia de un cáncer, «y dijo que el equipo cubano había hecho lo que creyó conveniente pero que lo correcto hubiera sido una colostomía», según se indica en el cable del jefe de la Sección de Intereses. «En ese momento, se procedió a la retirada del doctor Selman del equipo, quien ahora trabaja en un empleo de menor categoría en algún lugar».

De lo anterior, queda evidenciado que Castro mantuvo control total de las decisiones. Que probablemente, al igual que otros pacientes hombres, no quizo que le pusieran la bolsa para los desechos hasta que se recuperara el colon, y tomó la decisión que le resultó riesgosa al extremo de que finalmente, meses después, hubo que aceptar lo que originalmente había rechazado.

Y el destino de su médico original, Dr. Selman, que había recomendado lo correcto, pero que su recomendación no fue aceptada por Castro, está hoy ocupando un empleo de segunda categoría en Cuba, en una especie de desgracia política. Definitivamente, atender al paciente Fidel Castro es una tarea compleja.

El médico de la Casa Blanca

16 Nov

Ser médico es una de las profesiones más delicadas. Más aún, si su paciente es el presidente de los Estados Unidos de América. Es una posición que ciertamente da acceso al poder, pues, por sus funciones, el médico está cerca del presidente y de su familia. También debe atender al Vicepresidente y a su familia, e igualmente a los Jefes de Estado y de Gobierno que oficialmente visitan la Casa Blanca. Por lo tanto, debe ser una persona discreta y ajustada a sus funciones. A donde quiera que se traslade el presidente, siempre va su médico, que cuenta con un staff de veinticuatro personas. La Dra. Connie Mariano, de Filipinas, es la primer mujer en haber ocupado esas delicadas funciones, al haber permanecido en el cargo durante nueve años. Ha escrito sus memorias The White House Doctor: My Patients Were Presidents – A Memoir, en el que recoge sus vivencias como médico presidencial, así como las exigencias de tan compleja ocupación. Más, aquí.

¿De qué murió Mozart?

25 Ago


Wolfgang Amadeus Mozart, el genio de la música, falleció el 5 de diciembre de 1791,a los 35 años de edad. Todavía, en pleno siglo 21, las causas de su muerte siguen siendo uno de los más grandes misterios. Su muerte retrata la miseria humana que se esconde detrás de la sociedad, y más aquella la de Viena, de esa época, que nunca dió el trato que correspondía a tan importante ícono de la música clásica.

Mozart fue enterrado como ciudadano de tercera categoría, sin identificación, en una fosa común, razón por la cual, nunca pudo practicársele una autopsia. Todas las evidencias obtenidas ha sido através de testimonios de familiares y de su médico cabecera, através de los tiempos.

En su acta de defunción, solo se describe que Mozart falleció de «fiebre miliar aguda», que es una erupción cutánea, sin establecer más detalles sobre las causas de su muerte.

Ayer, el New York Times publicó un resumen del artículo escrito por William J. Dawson, titulado Wolfgang Amadeus Mozart–Controversies Regarding His Illnesses and Death: A Bibliographic Review (no disponible gratuitamente por internet), en el que se identifican 118 posibles causas de su muerte.

Así pasó Mozart, su último día de vida:

The outline of Mozart’s final illness is clear. He took to his bed on Nov. 20, 1791, after an intense period that produced “The Magic Flute,” “La Clemenza di Tito,” the Clarinet Concerto, a Masonic cantata and parts of his Requiem. His hands and feet swelled. He grew listless, suffered vomiting fits and ran a fever.

On Dec. 4 several friends apparently went to his bedside to sing parts of the Requiem. In the evening Mozart took a turn for the worse, and his doctor, Thomas Closset, was summoned from the theater but sent word that he would come once the show was over. When he arrived, he ordered cold compresses applied to Mozart’s head, which witnesses said caused the patient to shudder. An hour past midnight on Dec. 5, Mozart was dead, at 35.

Closset diagnosed Mozart’s ailment as acute miliary fever, which is more a description than a disease, miliary being a term used to describe millet-sized pustules — effectively, a rash. It was put down as the official cause of death in the records of St. Stephen’s Cathedral in Vienna. Mozart’s body was buried, without marking, in a common grave, according to the typical practice of the day for the Viennese middle class, ensuring that no remains that are indisputedly his are available for testing.

El Dr. Dawson agrupó en cinco categorías a las posibles causas de muerte de Mozart: envenenamiento, infección, enfermedad cardiovascular, enfermedad renal y, un quinto grupo, misceláneos. Dawson cree que Mozart finalmente murió de una enfermedad en sus riñones.

Es impresionante como a tantos años de su fallecimiento, las causas de su muerte siguen siendo objeto de controversia. Al final, Mozart es Mozart. A disfrutarlo, ¡siempre!

Bajo presión

1 Ago

La sociedad moderna nos expone a estar bajo presión constante. En los distintos ambientes en que nos desenvolvemos. La revista Wired ha escrito un reportaje titulado Under Pressure: The Search for a Stress Vaccine que tiene datos muy interesantes sobre el «stress», que derrumba algunos mitos, al aseverar que no hay evidencias que vinculen al stress con las úlceras, por ejemplo. Sin embargo, el reportaje asegura que el stress es una condición que agrava las enfermedades que se padecen:

«While stress doesn’t cause any single disease — in fact, the causal link between stress and ulcers has been largely disproved — it makes most diseases significantly worse. The list of ailments connected to stress is staggeringly diverse and includes everything from the common cold and lower-back pain to Alzheimer’s disease, major depressive disorder, and heart attack. Stress hollows out our bones and atrophies our muscles. It triggers adult-onset diabetes and is a leading cause of male impotence. In fact, numerous studies of human longevity in developed countries have found that psychosocial factors such as stress are the single most important variable in determining the length of a life.»

Por eso, se recomienda para combatir y reducir el stress, lo siguiente:

– Hacer amigos.

– Dormir lo suficiente.

– No pelear.

– Meditar.

– Confrontar tus propios miedos.

– Beber o tomar con precaución.

– No forzar tu cuerpo cuando hagas ejercicios.

El reportaje de Wired es un poco largo, pero vale la pena leerlo, y sobre todo, ponerlo en práctica.