Creo en la libertad, la igualdad y la fraternidad como principios ordenadores de una sociedad justa. Pero de verdad, tomados en serio y adaptando su consecución a las realidades cambiantes del mundo.
Por si alguien lo duda, estos son los jóvenes que trabajan en la Casa Blanca. Recuerdo que en la década de los ochenta, el Palacio Nacional también tenía muchos jóvenes con responsabilidades. ¿Cuándo volverá a ser así?
En el caso del presidente Obama, la situación es más compleja. Según el Director de la Correspondencia Presidencial, Obama ha pedido personalmente leer y responder diez cartas del público al día. Cada una de las cartas que recibe el presidente pasan por todo un proceso que genialmente ha sido descrito en este video, bien producido, por la Casa Blanca.
Las cifras son extraordinarias: 65,000 cartas y 100,000 correos electrónicos semanales, y alrededor de 1,000 faxes y 3,500 llamadas telefónicas diarias. Para manejar todo esto, se ha requerido de establecer una oficina especializada que distribuye y selecciona las cartas del presidente, y se asegura que cada una tenga una respuesta. Como dice el Director de la mencionada oficina, el propósito es mantener al presidente informado de lo que sucede fuera de la burbuja de la Casa Blanca.
En un país como Estados Unidos de América, que tiene cultura de escribir cartas al presidente, sobre todo en los períodos de recesión económica o de guerra, resulta interesante la administración y el manejo de la respuesta. Incluso, solo en el mes de marzo de 2009, Obama recibió más cartas que todas las que recibió su antecesor en el 2008. Y obviamente, está el toque personal y humano de la respuesta del presidente, que sabe que su comunicación impactará en el destinatario, que la colocará en un lugar muy especial en su hogar.
En mi conocimiento, en el caso dominicano, existe una oficina que se encarga de preparar la respuesta del presidente a las diferentes correspondencias que recibe del público. Sería interesante que la Presidencia de la República Dominicana informara las estadísticas sobre este tema. Creo que incluso se había enviado a una delegación a La Moneda en Chile para conocer la experiencia chilena que también es muy interesante y novedosa. Sin embargo, no creo que en el Palacio Nacional se haya avanzado mucho en esto. Nos queda un largo camino por recorrer para humanizar la presidencia.
Este video corresponde a uno de los episodios de la serie de televisión The West Wing o «El Ala Oeste», que es donde despacha ordinariamente el presidente de los Estados Unidos de América. Corresponde a un episodio en el que el Presidente intercambia con una presentadora de radio y da respuesta a una serie de cuestiones en el ámbito religioso. Al margen del contenido de este diálogo, la parte final es la que, para mí resultó interesante, y es cuando el Presidente le observa que mientras todos en el salón se levantaron de sus asientos, en señal de respeto a su alta investidura, ella se quedó sentada. Son tres minutos intensos, y están doblados al español.
De entrada, la noticia puede ser chocante, pero al leerla, es la demostración de cuando existe voluntad política para deslindar claramente los campos en que se desenvuelve el Presidente de Estados Unidos. Hace menos de un mes, el presidente Obama invitó a almorzar a los CEOs de Xerox Corporation, Coca-Cola Company, AT&T y Honeywell International, y al final del almuerzo, los mozos exigieron las tarjetas de crédito de los invitados para que cada uno pagara su almuerzo. Todo, según la Casa Blanca, «para asegurarnos de que no hay conflicto o no hay apariencias de conflictos de intereses».
Esto envía un mensaje claro y contundente sobre la aplicación e implementación de reglas éticas fuertes a toda la Administración y a todo el gobierno. Los conflictos de intereses siempre han sido uno de los principales retos y desafíos que tiene que enfrentar un gobernante y sus funcionarios. Y la mejor forma de enfrentarlos es así, como se diría popularmente en nuestro país, «cortando en seco». Y es que, hasta con el simple detalle del pago de almuerzos por parte del gobierno en la misma sede del gobierno se crean muchas sospechas y conjeturas. Asimismo, por ejemplo, cuando un funcionario viaja en helicóptero privado de un sitio a otro, ¿quién paga ese servicio?
Pero, también, esta lección se extiende a otras actividades del gobierno. Si un empresario tiene un conflicto con el gobierno, y el gobierno invita a unos asesores para evaluar y opinar sobre el conflicto, pero el empresario pone a disposición de los asesores sus medios de transporte para que los asesores se trasladen de un sitio a otro, hay que nuevamente preguntarse, ¿quién paga esos servicios? ¿no hay conflicto de interés? ¿Dónde están las reglas éticas?
En definitiva, es preferible que los almuerzos no sean gratis, a que siempre se arroje el manto de duda sobre la voluntad política para combatir la corrupción. En la Casa Blanca, están claros. No así, en otras sedes presidenciales.
Gracias al blog de la Casa Blanca, he leído los detalles de la visita del presidente Barack Obama a Buchenwald, el entonces más grande campo de concentración en la Alemania oscura de Hitler. Uno de quienes hablaron ante Obama y Angela Merkel, Canciller de Alemania, fue Elie Wiesel, cuyo padre fue asesinado en este frío y abominable lugar. De su testimonio, comparto con ustedes estos párrafos, traducidos al español libremente:
«Usted ha hablado de la humanidad, Señor Presidente. Aunque nosotros, en aquellos tiempos, era humano ser inhumano. Y ahora el mundo ha aprendido, espero… El tiempo debe venir. Es suficiente – lo suficiente para ir a los cementerios, lo suficiente como para llorar por los océanos. Es suficiente. Tiene que venir un momento – un momento de unir a las personas.»
«Y, por tanto, decimos a nadie que viene aquí debe volver a esa resolución. La memoria debe acercar a las personas más que los separen. Recuerdos aquí no para sembrar la ira en nuestros corazones, pero por el contrario, un sentimiento de solidaridad que todos los que nos necesitan. ¿Qué más podemos hacer, salvo invocar esa memoria para que la gente de todo el mundo que dicen que el siglo 21 es un nuevo comienzo de siglo, lleno de promesa y esperanza infinita, y en ocasiones profunda gratitud a todos aquellos que creen en nuestra tarea, que es mejorar la condición humana.»
«Un gran hombre, Camus, escribió al final de su maravillosa novela, La peste: «Después de todo,» dijo, «después de la tragedia, el resto … hay más en el ser humano para celebrar que denigrar. » Incluso esto se puede encontrar como verdad – tan doloroso como sea – en Buchenwald.»
Palabras profundas que nos obligan a reflexionar sobre uno de los períodos más tenebrosos e irracionales de la humanidad, y que todavía, su superación, total y definitiva, sigue siendo uno de los temas cruciales de este Siglo XXI.
Hace varios años, leí Survivor, que describe genialmente el talante de Bill Clinton. Siempre me había preguntado por esa capacidad extraordinaria que tiene Clinton para sobrepasar las duras pruebas que le impuso la vida. El New York Times publicó el domingo pasado este interesante reportaje titulado The Mellowing of William Jefferson Clinton, lectura que recomiendo sobre todo para quienes están en política o les gusta la política. El reportaje es más largo de lo habitual, pero su lectura es muy rica.
Al dejar la presidencia en el 2001, Clinton estaba en su peor momento político. Hoy día es toda una estrella de la política americana. He aquí su lección:
«I loved being president and it’s good thing we had a constitutional limit or I’d have made the people take me out in a pine box, probably. But we had a constitutional limit and I knew that in the beginning. And so when I left, I had to go out and create another life. And I did it, and I love doing it.»
«Me encantó ser presidente y es bueno que teníamos un límite constitucional o me hubieran hecho que la gente me lleve a afuera en una caja de pino, probablemente. Pero había un límite constitucional y lo sabía desde el comienzo. Y así cuando me fui, tuve que salir y crear otra vida. Y lo hice, y me encanta lo que hago.»
Una buena lección sobre el poder, y cómo la no reelección presidencial influye en la vida después de la presidencia.
Es un principio consagrado universalmente que todo aquel que para su provecho personal sustraiga fondos o que prevaleciéndose de sus posiciones dentro del gobierno, obtenga beneficios económicos, debe ser sancionado. Este principio existe en la mayoría de las legislaciones, incluyendo en la nuestra, donde tiene carácter constitucional. De nada valdría su existencia, si no existiera la voluntad para aplicarlo.
Adicionalmente, la Casa Blanca divulgó la foto de Air Force One sobre la Estatua de la Libertad (cuya foto comparto con ustedes), con lo cual evita que la misma fuese objeto de comercialización. Esto es lo que se llama tener voluntad política, y rápidamente distanciarse de lo mal hecho, y actuar con transparencia.
Lo mismo no puede decirse que ha pasado aquí. El escándalo destapado por la destacada comunicadora Nuria Piera sobre la corrupción en la Oficina Técnica de Transporte, que depende de la Presidencia de la República, no recibió la misma respuesta transparente por parte del gobierno. Solo se destituyó, pero no se ha iniciado ninguna investigación judicial. Igual ha sucedido con el Programa de Reducción de Apagones, cuyo escándalo de corrupción ahora pretende minimizarse. Estos casos son los que han sido objeto de reciente divulgación pública, por no mencionar la Sun Land ni las nominillas del Partido de la Liberación Dominicana y otras concesiones cuestionables.
Ante la corrupción, la cuestión es la voluntad política para enfrentarla y combatirla. Con transparencia y rectitud.
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