Creo en la libertad, la igualdad y la fraternidad como principios ordenadores de una sociedad justa. Pero de verdad, tomados en serio y adaptando su consecución a las realidades cambiantes del mundo.
Hace casi dos años escribí este apunte sobre los regalos presidenciales. En Estados Unidos de América, existen restricciones y prohibiciones impuestas a los funcionarios gubernamentales cuando reciben regalos tangibles, disposición ética que se aplica desde el presidente hasta el funcionario de menor rango en el tren gubernamental. Según la política oficial, los regalos se aceptan para no ocasionar ninguna descortesía a quien hace el regalo ni al propio gobierno americano. Sin embargo, todos los regalos recibidos son enviados al Archivo Nacional, y en el caso de los presidentes, pueden ser exhibidos en las Bibliotecas Presidenciales. Esta prohibición comprende todo tipo de regalos, desde corbatas, lapiceros, carteras, maletines, botellas de vino y hasta botellas de aceite de oliva. La única excepción es si el receptor decide comprar el regalo por su valor real. Es impresionante la cantidad de regalos que han recibido el presidene Barack Obama y la primera dama Michelle Obama. La historia, aquí. Ejemplo de transparencia.
El debut de Wikileaks a principios del 2010, antes de la divulgación de los cables sobre Afganistán, Iraq y la diplomacia norteamericana a nivel global, fue el poderoso video, titulado Collateral Murder. Julian Assange quizo titularlo «Permission to Engage», pero al final, decidió por un título que revela la triste realidad de su contenido: 12 civiles fueron muertos por las tropas americanas en Iraq. Son 17 minutos. Oir el diálogo entre los integrantes del helicóptero con la torre de control, y en el fondo, los disparos, y ver la muerte de inocentes es dramático. Antes de divulgar este video, Assange mandó a dos personas a Iraq para confirmar los hechos, lo que le tomó varios meses. Comprobado todo, lo divulgó. Las declaraciones del vocero del ejército americano son lamentables e injustificables. Es otra manera de comprobar la ira que ha desatado Assange en los centros de poder, sobre todo de la ultra derecha americana, que lo ha declarado enemigo de los Estados Unidos de América. En la otra cara de la moneda, es la transparencia a su máxima expresión.
Julian Assange siempre ha vivido «on the run», corriendo. Desde que nació hasta que se presentó a la Comisaría en Londres en donde guarda prisión preventiva hasta la vista de su audiencia el próximo 14 de diciembre. Es impresionante cómo su madre tuvo un impacto profundo sobre su personalidad. Fue ella que decidió que Assange no cursara estudios escolares, es decir, que no tuviera educación formal. Sin embargo, lo educó empíricamente con lo mejor de la literatura y de la filosofía. Fue ella que le impregnó esa resistencia a lo permanente, a lo rutinario, y al contrario, siempre vivir como un nómada, corriendo. Por que la propia historia de su madre fue así, al ser víctima de abuso por parte de su segundo esposo, quien pertenecía a una secta influyente, y que la persiguió. Assange vivió en la clandestinidad desde los once hasta los dieciseis años de edad.
A los 18 años contrajo matrimonio. Ahí se inició otra batalla en su vida, cuando luego de separarse, luchó para mantener la custodia de su hijo. Esa batalla la libró junto a su madre. Y es muy probable que durante ese proceso haya nacido la idea de Wikileaks, al ambos iniciar toda una campaña activa en contra del sistema de protección de niños, al extremo de grabar conversaciones en audio y video, obtener documentos secretos, en fin, exponer la burocracia de todo un sistema estatal. Al final, Assange llegó a un acuerdo con su esposa. Pero, como dice su madre, ya la adrenalina había hecho su efecto. El cabello de Assange que era marrón se convirtió en blanco, del stress que había estado sometido.
Luego de convertirse en pirata informático auto-didacta, fundó el grupo Internacional Subversiva, logrando incluso penetrar las oficinas del gobierno de Estados Unidos de América, y hacer ataques informáticos a empresas como Nortel en Canadá, en 1991. Sin embargo, había tres reglas que regían sus actuaciones: No destruir los sistemas informáticos objeto de actos de piratería, no alterar la información obtenida y compartir la información con todo el mundo. Las bases y principios de Wikileaks.
Como él dice, «somos amateurs». Es un abogado de las fuentes noticiosas, sin pasar por el filtro de la prensa. Aún, falta mucho por ver en esta historia fascinante de quien indudablemente es el personaje del año 2010. La historia completa de Assange, genialmente escrita en The New Yorker, aquí.
El antídoto en contra de la corrupción está representado en treinta propuestas presentadas por la Iniciativa Participativa Anti Corrupción, que están agrupadas en el trabajo de diez mesas de trabajo: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9 y 10. Seremos un mejor país cuando muchas de estas propuestas sean una realidad. Continuaré dando seguimiento.
El siglo 21 es el siglo de la transparencia. La comunicación es contenido y rostro. Incluso, a veces, la imagen vale más que las palabras. Si el televidente no puede ver el rostro de quien habla, no hay entonces confianza sobre el contenido. Esto es lo que pasa, como pueden ver, con ETA, Hamas, Ejército Zapatista y Al-Qaeda. Encapuchados, los pasamontañas, los guantes, las armas, en fin, caras ocultas, poca originalidad, en una época en la que se exige claridad. Totalmente de acuerdo, con Maruja Torres, que se cambien el look, al menos.
Lo había dicho el año pasado cuando escribí sobre las elecciones presidenciales en Uruguay: Pepe Mujica se caracteriza por su autoridad moral. Y lo está demostrando. Como Presidente de la República de Uruguay, en cumplimiento de la ley, ha depositado su declaración patrimonial que recoge sus bienes: Exclusivamente un vehículo Volkswagen, del modelo conocido popularmente como «Escarabajo», de 1987. Y, tal como el mismo lo señala, está formado a la «antigua», pues no tiene tarjetas de crédito ni cuentas bancarias, tal como se revela aquí. Un político atípico que contrasta con la voracidad que exhiben otros mandatarios y políticos en distintas latitudes, incluyendo la nuestra.
Asumiendo por el momento que es cierto lo afirmado por el Ministro de Hacienda, Vicente Bengoa, de que la venta del 49% acciones de la Refinería Dominicana de Petróleo no está consignada en el presupuesto, pues tal y como el señor Bengoa ha explicado que “cuando se formuló el presupuesto de 2010, que se sometió al Congreso en noviembre pasado, no se contemplaron los ingresos por tal venta, porque esos recursos ingresarían y se gastarían en 2009”, entonces, mi pregunta es ¿Cómo es que esos fondos ingresarían y se gastarían en el 2009, sin registro y control contable alguno?
Al hacer esta pregunta, me recordaba de esto en lo que el señor Bengoa fue uno de sus principales protagonistas.
En esa lista están todos, no hay excepciones. Lobistas, empresarios, ex-funcionarios, personalidades, periodistas, en fin, todo el que durante ese tiempo ha visitado al presidente de Estados Unidos de América. Cuando uno ve este tipo de detalle simple, como lo es el de llevar un registro de visitas y de reuniones, y luego publicarla en Internet, cada noventa días, uno se pregunta, ¿Por qué es tan difícil que la Presidencia de la República Dominicana pueda llevar un registro similar, que pueda publicar los nombres de quienes se entrevisten y se reúnan con el Presidente de la República?
La noticia de que República Dominicana sigue sin mejoría en el Índice de Corrupción de Transparencia Internacional se agrega a la cadena de debilidades institucionales, al ocupar el lugar 99 de 180. La percepción de que «la corrupción es rampante» es comprobada por la gran cantidad de contratos, comisiones, préstamos y concesiones que se realizan en el gobierno sin la más mínima transparencia, tal como fue el préstamo de la Sun Land de 130 millones de dólares, que al día de hoy no se sabe dónde está ese dinero y cómo fue pagado por el gobierno dominicano, sin haber sido aprobado por el Congreso Nacional. Dicho sea de paso, el caso es citado en el referido Índice, lo queda como un recordatorio ante la impunidad demostrada por el gobierno al encubrir este escándalo, en medio de importantes complicidades.
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