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El mejor discurso de Lyndon Johnson

16 Mar

Hace 50 años, el presidente Lyndon Johnson pronunció su mejor discurso, al dirigirse al pueblo americano, desde el Congreso de Estados Unidos, y anunciar el acta que instauró el derecho a votar a los afroamericanos.

Johnson afirmó: «En algunas ocasiones, la historia y el destino se encuentra en un momento particular en un lugar particular»:

«Selma», el preludio del Acta de los Derechos Civiles

2 Ene

La sangrienta reacción policial a la marcha encabezada por el activista John Lewis, muy cercano a Martin Luther King, en Selma, Alabama, el 7 de marzo de 1965, que reclamaba el derecho al voto, fue lo que provocó que el 15 de marzo de 1965, el presidente Lyndon B. Johnson anunciara ante el Congreso, el Acta de los Derechos Civiles, que transformó la sociedad americana.

Sin embargo, la película Selma es crítica del presidente Johnson, por sus manejos internos los días antes de la marcha en Selma, así como siembra dudas sobre su interés en que el FBI investigara sobre Martin Luther King, y lo presenta como opuesto a las marchas pacifistas en el Sur profundo. Por supuesto, esto  contrasta con el récord de que fue el presidente Johnson, quien promovió el Acta de los Derechos Civiles.

Lo que está claro es que, la marcha de Selma fue el detonante de una de las principales leyes que, hasta el día de hoy, existe en Estados Unidos, y gracias a ella, entre otros factores, el presidente de Estados Unidos, en el siglo 21, sea el primer afroamericano.

Discurso de Obama en el 50 aniversario de la Ley de los Derechos Civiles

10 Abr

http://youtu.be/bIj3nMhDjHA

 

La grandeza de Estados Unidos radica en el respeto a sus símbolos. Hoy, se conmemora el 50 aniversario de la promulgación de la Ley de los Derechos Civiles, cuyo artífice fue el presidente Lyndon B. Johnson. Por tal motivo, en la sede que aloja la biblioteca presidencial de Lyndon B. Johnson,  el presidente Barack Obama pronunció este discurso:

http://youtu.be/bIj3nMhDjHA

 

El texto íntegro, aquí.

 

 

El testimonio de Luci Banes Johnson, hija de LBJ

17 Feb

Ser hija o hijo de presidente no es fácil. Más, si el presidente es electo democráticamente. Sin quererlo, el hijo del presidente está expuesto al escrutinio público. Pero, ese no es el punto de este apunte. Es algo más importante. Es tener la capacidad de poder emitir juicios sobre el ejercicio presidencial de tu padre, sin desprenderse de su condición filial. No se le puede pedir objetividad. Pero sí se requiere tener tolerancia y humildad para aceptar las críticas. Lo anterior viene a cuenta del testimonio que recoge el periódico «The New York Times», ofrecido por Luci Banes Johnson, hija del presidente Lyndon B. Johnson. «Yo soy la hija del presidente… pero ¿era mi padre, una persona perfecta? Nadie es perfecto en el mundo». El video, aquí.

El discurso de Bobby Kennedy en 1964

17 Ago

Fue durante la Convención del Partido Demócrata de 1964, que eligió a Lyndon B. Johnson como su candidato presidencial. Antes de Robert F. Kennedy, fue presentado un homenaje a su hermano, John F. Kennedy, quien había sido asesinado un año antes. Este fue su discurso:

http://youtu.be/1bIctF2QOro

Una ovación de 22 minutos. Impresionante.

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Lyndon Johnson y Rómulo Betancourt

16 Jun

Lyndon B. Johnson aspiró en 1960 a ser candidato presidencial del Partido Demócrata, pero fue derrotado por John F. Kennedy. Ambos luego formaron la boleta Kennedy-Johnson que ganó en las elecciones de ese año. Durante la presidencia de Kennedy, Johnson fue un vicepresidente opaco, sin mucho poder. El destino luego lo convirtió en el presidente de Estados Unidos, después del asesinato de Kennedy. Johnson fue reelecto en 1964. Político conservador demócrata de Texas, Johnson fue conocido por su temperamento complicado y ciertamente le tocó vivir momentos cruciales como la guerra de Vietnam, y diversos conflictos en América Latina, como la revolución de abril de 1965 en República Dominicana. Una época muy compleja en el marco de la guerra fría.

La política exterior de Estados Unidos hacia América Latina se ha mantenido constante, con sus altas y bajas. Al margen de quien esté gobernando, es evidente que la atención hacia América Latina es, muchas veces, coyuntural, y responde, más bien, a los intereses geopolíticos. Son pocos los países latinoamericanos que están en la agenda actual de Estados Unidos. Solo verificar cuáles son los países que han sido visitados por presidentes norteamericanos para darse cuenta, o viceversa, cuáles son los presidentes latinoamericanos que son recibidos, con honores, en la Casa Blanca.

El 21 de abril de 1964, el presidente de Venezuela, Rómulo Betancourt, estaba en Washington, en una visita privada, y el asesor de seguridad nacional, McGeorge Bundy, telefoneó al presidente Johnson para pedirle que, dentro de su agenda, recibiera a Betancourt en la Casa Blanca. Bundy le argumentó a Johnson que Betancourt era el «campeón indiscutible de la democracia latinoamericana», y que era importante que le dedicara «10 minutos y una foto» para enviar una señal contundente de que Johnson apoyaba a los defensores de la democracia. La reacción de Johnson fue adversa, argumentando que tenía todo el día ocupado, citándole cada uno de los compromisos, y que no tendría tiempo ni de ver a su esposa. Johnson, incluso, le reclamó a Bundy que quién estaba presionando por esa entrevista, a lo que Bundy expresó que Betancourt no estaba presionando, que era una iniciativa suya, y que la entendía positiva. Esta fue la conversación:

 

Si se quiere fue una conversación entre el presidente y su asesor, en el plano de la confianza. Pero, es muy reveladora de la escasa o poca importancia que el presidente Johnson le prestaba a la solicitud, y por lo tanto, su carencia de voluntad en reunirse con Betancourt. Hoy, los actores han cambiado. La política exterior de Estados Unidos hacia América Latina mantiene sus líneas generales desde 1960, salvo algunas variables.  En los detalles es que está el éxito. Sin dudas, que esta conversación revela una ausencia total de detalles y de gestos.

PD: Según mis investigaciones, esta reunión entre los presidentes Johnson y Betancourt nunca se efectuó, al menos, ese día el 21 de abril de 1964. Cualquier información sobre esto, es bienvenida.

 

La foto, Balaguer y Lyndon Johnson en 1967

20 Feb


Viendo la ola de cambios en Tunisia, Egipto y posiblemente en otros países árabes, hay que revisitar la historia. Esos monstruos que el imperio creó son los mismos que la ola del pueblo se ha llevado y se llevará. No me cansaré de decirlo: la política exterior americana es la misma, solo han cambiando sus actores, que tienen discursos diferentes al pasado, pero, en esencia, el «Big Stick» es el mismo.

El 24 de abril de 1965, patriotas dominicanos iniciaron lo que se conoció como la revolución de abril, que consistió en reclamar la vuelta de la constitucionalidad pisoteada con el golpe de Estado de 1963 al presidente Juan Bosch. El movimiento estaba integrado por militares leales a la Constitución de 1963 y por destacados profesionales y civilistas del país. Como conscuencia de distorsionados informes de inteligencia, el gobierno del presidente Lyndon Johnson decidió invadir a República Dominicana con tropas americanas, que desembarcaron el 29 de abril de 1965, bajo el pretexto de que había que impedir que Santo Domingo se convirtiera en otra Cuba. Luego de intensas negociaciones que duraron alrededor de tres meses, y luego de que oficialmente las tropas americanas abandonaran el país, se convocaron elecciones para el 1 de junio 1966.

¿Qué hizo el gobierno de Estados Unidos? «Lograr que Balaguer sea elegido en elecciones que tengan sentido» (copiado textualmente del memorándum del 14 de marzo de 1966 dirigido al presidente Johnson por un funcionario americano). Para ello, era necesario que: a) Lograr una gran cantidad de votos porque eso favorece a Balaguer; b) Mantener al PRD – si no a Bosch – en la contienda para que las elecciones tengan sentido; c) Evitar que García Godoy, presidente interino, se mantuviera en el cargo más allá del 1 de junio. Todo fue fielmente ejecutado. Balaguer «ganó» las elecciones el 1 de junio de 1966. Fue juramentado el 1 de julio de 1966, con la presencia del Vicepresidente de Estados Unidos, Hubert Humphrey.

En la foto, Balaguer reunido con Johnson, en Punta del Este, Uruguay, en abril de 1967. Nunca se habían visto personalmente. Desde entonces, la historia es conocida. Sin dudas, como le dijo un agente de la CIA a Pierre Salinger, periodista y jefe de prensa de Kennedy, cuando le preguntó sobre qué había hecho antes de irse a Vietnam en 1967: «Yo estuve en Santo Domingo donde mi misión fue asegurarnos que Balaguer ganase las elecciones». Bernardo Vega lo relata todo, aquí.

Los secretos de Robert Kennedy

26 Ene


El principal consejero, asesor y amigo del presidente John F. Kennedy lo fue su hermano Robert F. Kennedy. No solo fue su jefe de campaña, sino que JFK lo designó como Procurador General, y sin temor a equivocarme, ha sido uno de los más poderosos Procuradores Generales en toda la historia de Estados Unidos. Lo curioso es que, a diferencia de otros documentos oficiales de la presidencia de JFK, los documentos oficiales de RFK permanecen en secreto, inaccesibles al público, y están custodiados por su propia familia en la biblioteca presidencial Kennedy. No hay que olvidar que RFK jugó un papel trascendental en la crisis de los misiles de 1962, y que estructuró y participó en una directiva oficial para derrocar al gobierno de Fidel Castro. Adicionalmente, libró una batalla por los derechos civiles y fue un protector de Martin Luther King. Fue también Procurador General bajo el gobierno de Lyndon Johnson. Es decir, sus opiniones y sus posiciones, contenidas en esos documentos, son de un valor incalculable para los historiadores. Lo razonable sería que estos documentos pudiesen ser puestos a disposición del público. La historia, aquí.

Cien días de Obama, grado "A"

29 Abr


Hoy se cumplen los primeros cien días de Barack Obama como Presidente de Estados Unidos de América. Y, tal como se anticipaba, han sido cien días de cambio. Haber heredado la carga pesada de una imagen deteriorada de Estados Unidos a nivel internacional como consecuencia de la guerra en Iraq, al margen de Naciones Unidas, y tener sobre sus hombros la recesión económica más fuerte desde la Gran Depresión, han sido los dos factores con que Obama ha tenido que lidear en el inicio de su período presidencial.

Ha sido muy vasta su agenda, pero tal, como dice el editorial de El País, Obama se ha afianzado como un líder solvente. Aquí definitivamente ha estado la clave: Con su carisma personal, y su extraordinaria oratoria, el presidente Obama ha levantado la confianza del norteamericano en medio de momentos muy difíciles, y la mejor evidencia es que, según las encuestas, hoy goza del 64% de aprobación (la mayor para un presidente norteamericano, excepto Ronald Reagan).

¿A cuál de sus antecesores se puede comparar a Obama? El New York Times ha hecho un interesante trabajo, comparando a Obama con los siguientes presidentes: Ronald Reagan, Lyndon Johnson, Richard Nixon, Franklin Delano Roosevelt y John F. Kennedy. Es un poco largo, pero vale la pena leerlo.

Obama, sin lugar a dudas, se ha convertido en el presidente de mayor poder de los que han ocupado la Casa Blanca, como consecuencia de la crisis económica. Haber abrazado la política intervencionista, según la teoría económica de Keynes, para reactivar la economía, le ha permitido acumular mucho poder (como por ejemplo, haber intervenido en la solicitud de renuncia del presidente de General Motors), y Obama lo ha hecho con mucha destreza, firmeza, pero con humildad. Incluso, a pesar de tener la mayoría en el Congreso Nacional, ha tratado de hacer alianzas con sus opositores en determinadas piezas legislativas.

De igual manera, ha viajado por el mundo, llevando un mensaje diferente, no el de la imposición, sino el de escuchar para colaborar en la búsqueda de decisiones globales. Hay que, en ese sentido, resaltar, respecto a América Latina, el cambio de su política hacia Cuba. A pesar de esto, y dada las prioridades que tiene en su agenda, no vislumbro mayores cambios hacia la política exterior en América Latina.

Hay que destacar también que, en estos cien días, ha vuelto una familia a la Casa Blanca. Su esposa, Michelle, ha demostrado que una Primera Dama puede ejercer sus funciones con sencillez, sin exhibir los grandes vestidos de la moda, y con una visión de apertura que hacía tiempo que no se veía en Washington. Asimismo, los Obama han demostrado el lado familiar, atendiendo sus responsabilidades ante sus hijas y la comunidad.

Han sido cien días de cambio. Algunos hubiesen querido que los cambios fuesen más rápido, pero son tantos los desafíos y los retos, que, desde mi punto de vista, Obama lo ha hecho muy bien, y si tuviera a bien juzgar su desempeño, le asignaría una «A», excelente.