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La imposición del poder

22 Ene

Se pudiera creer que solo en las dictaduras o en los regímenes totalitarios, se impone el poder en contra de la voluntad de la mayoría. En esas naciones, todo es impuesto. Desde la A hasta la Z. La historia es reinventada y los villanos se convierten en héroes, y los héroes en villanos, creándose estereotipos. Lo mismo ocurre en las democracias en los países desarrollados. Estados Unidos de América impuso una guerra en Irak y Afganistán, sobre la base de la lucha contra el terrorismo, fomentando, aunque no sea de manera deliberada, una visión érronea hacia el mundo árabe. Asimismo, lo ha hecho con la migración mexicana en el territorio americano. Gracias a Ramón Lobo, he encontrado el mejor testimonio sobre el peligro de una sola historia, de cuando se imponen estereotipos en el comportamiento de los seres humanos en relación con otras culturas o sociedades. Es una lección de poder, la que ofrece Chimamanda Adichie en esta extraordinaria presentación. Al verla y escucharla, no dejo de recordar el esfuerzo que hacen, aún en pleno siglo 21, sectores de poder en República Dominicana en imponer una falsa visión sobre el pueblo haitiano. Les dejo con Chimamanda:

Ilusiones de dictadores

20 Ene

Luego de este apunte, han aparecido las últimas imágenes públicas de Saddam Hussein, nada más y nada menos, que en Babilonia. Hussein tenía el interés de igualarse a este emperador. Ilusiones de dictadores.

Asesinatos políticos

12 Ene


La revista The Stranger ha hecho un excelente mapa de portada que grafica los asesinatos y tentativas de asesinato a los políticos americanos en toda su historia. Los puntos rojos significan que la víctima murió, mientras que los puntos blancos significan que la víctima sobrevivió. Claro, asesinar a un político es lo mismo que intentar asesinarlo, como ocurre con toda las víctimas, sin distinguir la función que desempeñan. Hay que sancionarlo con toda la fuerza de la ley. Más, si la motivación, detrás de la irracionalidad, es por el extremismo que causa a quienes no comparten su pensamiento o ideología. He aquí la lista:

Robert Kennedy, John F. Kennedy, Ronald Reagan, George Tiller, Abraham Lincoln, James A. Garfield, Theodore Roosevelt, William McKinley, Malcom X, Martin Luther King, George Wallace, Franklin D. Roosevelt, Harvey Milk, George Moscone, Gerald Ford, Gabrielle Giffords.

En la lista antes transcrita, hay mártires políticos. En otros, sobrevivientes y héroes políticos. Todos, guardando la distancia entre unos y otros, tienen en común que son ejemplo de la lucha por sus ideas y por sus creencias.

Pétain, así terminó

4 Ene

En octubre del año pasado, escribí sobre el costo de una traición. La historia concluyó ayer, así. Al mejor estilo francés.

1988, mi defensa

20 Dic


Tengo en la memoria la imagen de mi padre, escribiendo en una libreta amarilla, y mi madre digitando en su computadora Mac, el contenido de probablemente el documento más importante que mi padre haya escrito en su vida, el cual tituló «Mi Defensa», y que fue publicado, in-extenso, el jueves de 6 de octubre de 1988, en el periódico HOY.

Fueron largas jornadas de ese verano de 1988, en Atlanta, en donde mi padre estaba siendo tratado por problemas cardíacos. A Atlanta llegamos aquel 14 de mayo de 1987, luego de que el gobierno dominicano excarcelara a mi padre por los quebrantos de salud, y después de transitar por el calvario de pasar varios días en la Embajada de Venezuela en Santo Domingo, y otros días más en la Clínica Gómez Patiño. Oportunamente me referiré a estos hechos.

Lo que siempre estuvo claro en mi padre fue que, una vez concluido su tratamiento, regresaría a Santo Domingo a defenderse de las acusaciones y de las persecuciones. En esto, recibió todo nuestro apoyo, conscientes todos de lo que sucedería y de las vejaciones y humillaciones que sufriría. El honor y la dignidad están por encima de todo.

Formamos un equipo de trabajo. Mi padre escribía. Dilia y yo organizábamos el material de apoyo. Mi madre digitaba, y ocasionalmente, yo. Fueron días interminables. El documento estuvo listo el día 18 de julio de 1988. Tenía 245 páginas, con un análisis demoledor de cada una de las acusaciones que injustamente le hicieron a mi padre. Luego se tomó la decisión de esperar que llegara el momento de su publicación, que se hizo en ocubre de 1988. Mi padre regresó, junto con nosotros, a Santo Domingo a principios de diciembre de 1988. Él fue reingresado a la cárcel.

Como he dicho en otras ocasiones, muy pocos hicieron caso a «Mi Defensa», y le prestaron escasa atención. No había oídos. Al contrario, la audiencia prestaba atención al circo, a la infamia, a las acusaciones, a la inventiva, a la injuria. Sin embargo, mi padre quizo cumplir y tener la tranquilidad en su conciencia de que había expuesto su caso, nuestro caso.

En su última página, mi padre expresa:

«Inútil sería que los tribunales conociésen la verdad si no tienen la firmeza de defender la Justicia por encima de todos los prejuicios y de todas las presiones políticas o las ocultas, que se mueven como insoslayables que jamás podrían ocultarse ante los ojos de los pueblos».

«En esta Magistratura contemplo esas excelsas virtudes: La Verdad que sacia el conocimiento y la Justicia que apaga la sed de los justiciables. La presunción de inocencia que enriquece el juicio penal, haciéndolo más humano, es la razón desnuda de los sufrimientos del hombre y su reencuentro con la pureza de sus acciones».

«En vuestras manos esta mi vida que es también mi toga en mi noble y honesta lucha en los tribunales, en mi vida ciudadana y al frente de los destinos públicos. Me confundo con ella y me abrazo a ella con toda la fuerza que da la inocencia».

«Me inclino reverente ante este Tribunal, que no es fuero político sino penal».

«Por eso espero vehemente mi absolución total».

Palabras que, las leo una y otra vez, y tocan mi corazón. Mi padre fue condenado en primera instancia en el 1991. Diez años después, en apelación, y ya sin la pasión política, mi padre fue absuelto y descargado por no haber cometido ninguno de los hechos que le imputaban.

«Mi defensa» es el retrato hablado de mi padre, Salvador Jorge Blanco, quien hoy cumple 31 días en estado de coma profundo, luchando por vivir, en paz.

Los informantes de Crassweller

19 Dic

Robert D. Crassweller escribió Trujillo, la trágica aventura del poder personal, la mejor obra que se ha escrito sobre el dictador. Crassweller falleció en julio de 2004, refiere Angela Peña en este reportaje publicado ayer en el periódico Hoy. Crassweller era un abogado que trabajó por mucho tiempo en el Departamento de Estado, en la unidad de inteligencia, y luego de la caída de la dictadura, en 1961, tuvo contactos con destacados dominicanos que fueron colaboradores y adversarios de Trujillo que se encontraban en el exilio. En 1967, publica la referida obra, que fue una sensación nacional e internacional. ¿Quiénes fueron los informantes de Crassweller? Peña cita a Euclídes Gutiérrez con esta afirmación:

«Otros aspectos importantes del largo proceso conocido con el nombre de la Era de Trujillo, el doctor Balaguer los narró, con la misma intención y estilo personal, a Robert Crassweller, quien le fuera presentado en Nueva York por el doctor Juan Arce Medina, concediéndole a Crassweller entrevistas que duraron por espacio de siete horas, según le confesó el Dr. Balaguer a quien les dirige la palabra».

Otro informante de Crasweller fue Virgilio Alvarez Pina (Don Cucho), quien fue uno de los más cercanos colaboradores de Trujillo, durante su exilio en Nueva York durante los años 1961 y 1964, según refiere Peña citando a Bernardo Vega:

«Uno podía pensar que después de las entrevistas de Robert Crassweller a Don Cucho, durante su exilio de poco más de dos años en Nueva York, material que utilizó el historiador norteamericano en su libro sobre el régimen trujillista, Don Cucho no tenía más que aportar. Ahora sabemos que no es así», en referencia a las memorias de Don Cucho publicadas en el 2008.

Es curioso cómo los más cercanos colaboradores de Trujillo fueron los informantes de Crassweller, quien tenía el peso relevante de haber ocupado puestos en el gobierno norteamericano, lo cual no descarta que esa información fueran transmitidas extraoficialmente a las agencias correspondientes. Fue durante ese período que los americanos pusieron sus ojos sobre el presidente Balaguer, exilado en New York, para que regresara a Santo Domingo en 1966. Luego, la historia es conocida.

Otro dato relevante que destaca Peña es que no existe en internet ninguna foto de Crassweller. Ni siquiera el New York Times, en donde Crasweller trabajó hizo un obituario al momento de su fallecimiento. El único obituario encontrado es éste, referido por Peña.

Recomiendo que las nuevas generaciones lean la obra de Crassweller, para que nunca jamás se repita ningún asomo de dictadura en nuestra querida tierra.

1982-1986, el presidente

8 Dic


Mi padre fue presidente de la República Dominicana desde el 16 de agosto de 1982 hasta el 16 de agosto de 1986. Sería una falta de objetividad de mi parte emitir juicios de valor sobre su gobierno. Esa es la tarea de los historiadores, que incluso, ya lo han comenzado a hacer, como es el caso de Frank Moya Pons en sus ediciones recientes de «Manual de historia dominicana» y de economistas como Carlos Despradel en su libro «40 años de economía dominicana».

Sí, puedo referirme al padre que era presidente. Su talante democrático me lo demostró con su mejor lección. Y ese es mi padre. Recuerdo que fue objeto de críticas por ordenar que su caravana presidencial se detuviera en los semáforos, o que pagara el peaje, al igual que todos los ciudadanos. Asimismo, que un buen día decidiera detenerse en el malecón a tomarse un coco de agua. Igualmente, ordenó que su escolta militar se vistiera de civil, y no de militar, como ocurre en otros países. Mi padre había visitado varias veces Costa Rica, y siempre ha tenido admiración por ese hermano país. La primera vez que supe que en Costa Rica no había militares, y que los ciudadanos se codeaban con el presidente en las calles fue de su voz.

De su experiencia en Costa Rica, decidió que los jueves de cada semana, el Palacio Nacional se abría al pueblo, a la gente, en lo que se llamaban las audiencias populares. Desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde, el presidente con todo su gabinete se establecían en uno de los salones de la primera planta del Palacio, y cada ciudadano que iba con cualquier petición que pudiese ser resuelta y decidida por el gobierno, salía con la solución en sus manos. Desde entonces, ningún otro gobierno ha hecho lo mismo, y sin embargo, me consta que en mis recorridos por el territorio nacional, siempre hay alguien que me demuestra su gratitud hacia mi padre por haber atendido una solicitud en aquellas audiencias populares.

Otro aspecto importante es que mi padre nunca intentó repostularse ni reeligerse. Es un fiel creyente de la alternabilidad en la democracia. Lo hizo desde el primer día en que asumió la presidencia, cuando depositó en el Congreso Nacional un proyecto de reforma constitucional para prohibir la reelección presidencial. Rechazó cualquier intento continuista en ese sentido.

El tiempo se ha ido encargando de poner las cosas en su justo lugar. Mi padre salió de la presidencia de la República, con su patrimonio familiar muy disminuido, a pesar de las infamias y calumnias. Se desligó del ejercicio profesional antes de asumir la presidencia, y luego de mi graduación, tuvimos que comenzar desde cero, en circunstancias muy difíciles. Luego de sufrir una feroz persecución judicial con fines políticos, fue descargado por los tribunales dominicanos. Se ha mantenido como ente de orientación y moderación en el Partido Revolucionario Dominicano, y como es natural, con sus expresiones de apoyo. Es político, de la cabeza a los pies.

Hoy cumple 19 días en estado de coma profundo. Es inevitable que todos estos recuerdos vuelvan a la memoria al verlo librar esta batalla por su vida. Mi familia está orgullosa de su legado como hombre íntegro, responsable, humilde y admirable padre de familia, y sobre todo, de su servicio al país.

Nota sobre la foto: Es la foto oficial de Salvador Jorge Blanco, como presidente de la República, 1982-1986. Fue tomada durante su discurso de toma de posesión el 16 de agosto de 1982. No fue una foto posada. Fue en el calor del momento.

El videógrafo de Obama

12 Nov

Los presidentes no solo tienen biógrafos y fotógrafos. También tienen videógrafos. Arun Chaudhary ha sido el hombre detrás de todos los videos de Obama desde que lanzó su precandidatura presidencial en el 2007. Y ya en la Casa Blanca, Chaudhary se ha convertido en el primer videografo de un presidente americano. Chaudhary es el productor de West Wing Week, para saber todo lo que hace el presidente cada semana. Hoy, The New York Times publica un perfil muy interesante sobre Chaudhary. Lo que más me llamó la atención es que todos los videos que tiene Chaudhary sobre el presidente Obama, incluyendo el crudo, sin editar, son archivados en servidores propiedad del gobierno de Estados Unidos, y eventualmente formarán parte de la futura biblioteca presidencial de Obama, lo cual es un activo invaluable para historiadores e investigadores en el futuro. Más, aquí.

El costo de una traición

31 Oct

Los héroes entran por la entrada principal, y los traidores salen por la puerta trasera. Amparo Chantada describe en La foto de un traidor la historia de Philippe Pétain, el único Jefe de Estado de Francia, cuya foto no puede ser exhibida ni su memoria reconocida en ninguna institución pública en Francia. Su nombre vuelve a la palestra pública por el hecho de que un pequeño ayuntamiento de Normandía decidió colgar su foto, junto a la de los demás presidentes, a pesar de la prohibición gubernamental. Pétain fue el autoproclamado Jefe de Estado de Francia, durante la ocupación nazi, y como tal, actuó en alianza con Hitler. Cuando terminó la guerra, fue procesado y condenado a cadena perpetua por traición a Francia. Su nombre no ha podido ser borrado de la lista de los Jefes de Estado de Francia, pero los franceses se han encargado de darle su justo tratamiento, el de traidor.

El discurso de Gettysburg

24 Oct

Es uno de los discursos más memorables de la historia. Es el legado de Abraham Lincoln. Comparto con ustedes, ésta versión, revisitada y animada.

Gettysburg Address from Adam Gault on Vimeo.

(Visto aquí).